domingo, 8 de marzo de 2009

¿COMO LAVAR LOS DIENTES AL GATO?




Muchos creen que no se puede lavar la dentadura de un gato. Muy por el contrario, esto no solo se puede hacer, sino que es útil para la prevención de algunas enfermedades que aquejan a los felinos, como el sarro. ¿Cómo hacerlo? Pues pasemos a enterarnos brevemente.

Los dueños de las mascotas pueden lavarle los dientes a las mascotas 2 a 3 veces por semana. Existen cepillos y pastas dentales especiales para los animales. Los cepillos deben ser suaves y las pastas por lo general son con sabor a carne. No se recomienda utilizar las pastas de uso en humanos, pues no están adaptados.

Se puede empezar colocando un poco de crema dental animal en su dedo y dejar el animal lamerlo de modo que llegue a ser familiar con la textura y el gusto. Después, de a poco, puede empezar a utilizar el cepillo especial. Lo ideal es asearles la dentadura desde cachorros, así se acostumbran rápido.

LIBERATE


Libérate de la carga de los juicios.
Al juzgar impones el bien y el mal a situaciones que simplemente son.
Todo se puede entender y perdonar,
pero cuando juzgas te apartas de la comprensión y anulas el proceso de aprender a amar.
Al juzgar a otros reflejas tu falta de autoaceptación.
Recuerda que cada persona a la que perdones
aumenta tu amor a ti mismo.

Deepak Chopra

DICEN QUE A CIERTA EDAD....





Dicen que a cierta edad las mujeres nos hacemos invisibles, que nuestro protagonismo en la escena de la vida declina y que nos volvemos inexistentes para un mundo en el que solo cabe el ímpetu de los años jóvenes.

Yo no sé si me habré vuelto invisible para el mundo, es muy probable, pero nunca fui tan consciente de mi existencia como ahora, nunca me sentí tan protagonista de mi vida, y nunca disfruté tanto de cada momento de mi existencia.

Descubrí que no soy una princesa de cuento de hadas, descubrí al ser humano que sencillamente soy, con sus miserias y sus grandezas.


Descubrí que puedo permitirme el lujo de no ser perfecta, de estar llena de defectos, de tener debilidades, de equivocarme, de hacer cosas indebidas, de no responder a las expectativas de los demás. Y a pesar de ello quererme.

Cuando me miro al espejo ya no busco a la que fui, sonrió a la que soy. Me alegro del camino andado, asumo mis contradicciones. Siento que debo saludar a la joven que fui con cariño, pero dejarla a un lado porque ahora me estorba. Su mundo de ilusiones y fantasía, ya no me interesa.

¡Que bien vivir sin poner el listón tan alto!

¡Que bien no sentir ese desasosiego permanente que produce correr tras los sueños!