jueves, 10 de septiembre de 2009

¡SÍ, QUIEROOOOOOOOOOOOOOOOOOO!


Una mujer se emocionó tanto que cayó de un precipicio cuando su novio le propuso casamiento.

La clásica expresión "se me aflojaron las rodillas" nunca fue tan apropiada. Cuando le propusieron matrimonio en medio de una excursión de "hiking" trastabilló y calló varios metros por un despeñadero.

La mujer, que perdió el conocimiento en la caída tuvo que ser rescatada por un helicóptero. Scott Graham del departamento de bomberos del Condado de Montgomery declaró al Washington Post que "debió haber sido flor de declaración de matrimonio".

La vista que se aprecia desde las rocas que rodean al río Potomac hacen de este lugar uno de los favoritos para los senderistas de la zona aledaña a Washington.

Un dato importante: antes de caer la mujer dijo "sí".

Otro: sólo sufrió heridas leves.

CONCIENCIA DE VIDA



Cierta vez un conductor se desplazaba por una de las autopistas de los Estados Unidos a una velocidad excesivamente alta, cuando de repente, justo después de una curva aparece un hombre parado e medio de la vía haciendo señal de parada con los brazos y de una forma desesperante.

El conductor sorprendido y a la vez asustado, toca insistentemente la bocina para ver si así el individuo se quitaba del camino, pero fue inútil, el hombre seguía haciendo señal de pare con sus brazos.

-Debe de estar loco -dijo el conductor- mientras pisaba el freno provocando un fuerte chillido y dejando dos largas marcas negras en el pavimento, logrando así detener el auto antes de chocar a aquel hombre.

Muy enojado, se desmonta del automóvil y, estrellando la puerta se dirige hacia el hombre y le dice:

-¿Acaso no tienes ojos? ¿No ves lo peligrosa que es esta carretera y te atraviesas en ella como si nada? ¿O acaso eres loco para no ver el peligro que corres?

-No, señor, no estoy loco -le contestó el individuo- Lo que pasa es que el puente que está en la próxima curva acaba de desplomarse; y sabía que, si no hacía algo, usted, en este momento ya estaría muerto. Tuve que arriesgar mi vida para ver si podía salvar la suya.

Autor desconocido