lunes, 4 de junio de 2012

EL PERDON.


Qué fácil es hablar del perdón, pero que difícil es darlo.


Algunos han dicho que es un don el saber que estamos equivocados y que podemos ser perdonados; pero ¿qué pasa con los que se equivocan y nos hacen daño?

Algunas veces deseamos castigar a dicha persona, pero quienes salen más castigados somos nosotros mismos y para liberarnos es necesario renunciar a esos sentimientos dolorosos que no son nuestros, sino que son de quien nos hizo daño, y hay que dejarlos ir.

Cuándo sucede esto, me pregunto, ¿qué hubiera yo hecho en lugar de la otra persona que me hizo daño, si yo hubiera estado en la misma situación y circunstancias?

Casi siempre concluyo que en ese momento, lo que hizo esa persona fue su mejor opción para él, aunque no para mí, y lo que la otra persona hizo fue sólo protegerse, no fue su intención hacerme daño.

¿Acaso no hice sentir yo alguna vez a otra persona de la misma manera?

¿Estaré pensando que mis sentimientos valen más que los de la otra persona?

Y de ahí viene la siguiente reflexión:

Me siento herido, pero eso no significa que la otra persona sea mala o en verdad quiera hacerme daño. Simplemente la otra persona no conoce toda mi vida ni mi pasado, igual que yo no conozco el suyo, y no sabe lo que traigo guardado en mi historia personal.

El perdón no se pide, se da... Y la razón más importante para darlo es que me libero de una gran carga.

¿Qué prefieres? ¿Ser feliz o tener la razón?

Desconozco su autor.

LLEVAR AL PERRO AL TRABAJO

Sería una maravilla poder llevar al perro a nuestro trabajo todos los días. Nos acompañaría hasta llegar allí y se pasaría con nosotros todas las horas que se nos hacen eternas mientras trabajamos.


Los investigadores han descubierto que las mascotas proporcionan muchos beneficios para la salud, una de ellas es la reducción de la tensión y remitir el estrés diario.

Cada vez más empresas están permitiendo que se pueda ir acompañados de los perros a trabajar, se ha comprobado que las personas rinden más, están más felices y la empresa y el trabajador se benefician. Pero para que todo esto sea un autentico éxito hay que seguir algunas pautas para que el perro no cause problemas:

• Sólo llevar perros que están bien socializados y educados. El perro debe ser capaz de llevarse bien con otras personas y animales domésticos, y no debe ladrar, gruñir o pelarse. Seguimos en la oficina y es un lugar de negocios donde la mascota no debe interrumpir nunca el trabajo de los compañeros.

Si el perro se porta mal, lo mejor será proporcionarle más ejercio. Con ello llegará cansado y se relajará. Llévalo a dar un largo paseo antes de entrar en la oficina, juega con él con un frisbi o llévalo a correr, os beneficiará a los dos.

• Llevar lo esencial del perro. Hay que asegurarse de que tenga un plato de comida y agua, algunos juguetes (que no piten), una manta o una cama, un cepillo o un peine, y una bolsa para recoger las necesidades. También es recomendable llevar un kit de limpieza en caso de que tenga un pequeño accidente.

• Mantener al perro en un rincón. Aunque parezca difícil de creer, existen personas que no les gusta los perros. Otros pueden que tengan alergias. Independientemente de la razón que sea, debemos mantener el perro en nuestro pequeño espacio y no dejarlo por ahí suelto.

Algunas recomendaciones: atar la correa al escritorio, construir una mini perrera, o simplemente cerrando la puerta de la oficina.

Hay miles y miles de personas que les encantaría tener a sus mascotas a su lado en el trabajo. Si eres uno de esos afortunados no lo desaproveches e intenta que tu perro se porte muy bien.