viernes, 20 de enero de 2017

LA PIEDRA QUE HOY LANCES SERA LA MISMA CON LA QUE TROPEZARAS MAÑANA.



 Debemos saber que la vida nos devuelve lo que damos. Si lanzas una piedra, aunque no lo creas, te será devuelta con el paso del tiempo, así que actúa en consecuencia.
El hecho de no que no seas consciente de tus actos ahora, no implica que estos no te devuelvan sus efectos después.
Y es que, la piedra que hoy lances puede que sea la misma con la que te tropieces mañana.
No importa si la piedra es pequeña o grande. Hasta aquella que consideras más insignificante tendrá una consecuencia en tu vida.
Por eso, aunque te cueste horrores, es necesario actuar con consciencia y evitar dejarte llevar por aquellas acciones que perjudican a otros, pero que te favorecen a ti.

Cosecharás lo que siembras


Algunos lo denominan “karma”; otros, “suerte”. Incluso, puede que “castigo”. No obstante, no es que la vida sea cruel con nosotros o que nos quiera ver ajados.
Es que lo que hoy hagamos repercutirá en nuestro futuro.
Si todo te sale mal, tal vez debas echar una mirada honesta hacia tu pasado para descubrir aquello que has hecho y que habías olvidado.
Porque si algo se nos da especialmente bien, es extraviar los pensamientos que nos culpabilizan de una situación de la que somos responsables.
No te mientas. La piedra que hoy lances tendrá efectos secundarios. No puedes pretender recibir una buena cosecha si has sembrado semillas que contenían veneno.
Está bien vivir el presente. Pensar en el aquí y el ahora. Sin embargo, el futuro llega y ahí es donde se manifestará el resultado de lo que has hecho previamente.


La piedra que hoy lances mañana se te devolverá



No eres una víctima de las circunstancias, es solo que tus actos han tenido sus propias consecuencias.
El problema es que estas no han sido inmediatas. Han tardado años en manifestarse y ya no te acuerdas de aquello que hiciste en el pasado y que ahora te repercute.
¿Quieres saber cómo evitar que esto suceda? Es fácil, no requiere de mucho esfuerzo. Tan solo necesitas la voluntad de hacer el bien:
Deja de ser egoísta: A veces actúas por interés, otras por ambición y en toda esta vorágine, los que están a tu alrededor son los que salen mal parados.
Está bien que quieras lograr lo que deseas, pero ¿a qué precio? No estás solo en este mundo. Los demás también existen y debes pensar en ellos.
No te conviertas en un juez: Criticas y juzgas a otros sin saber bien las razones por las que actúan de determinada manera.
Sin embargo, cuando lo hacen contigo te enfadas y en tu mente te dices “¿por qué no se meterán en su propia vida?” o “si supieran por todo lo que he pasado…”. Eres un juez bastante contradictorio.
Cultiva tu empatía: Ponerse en el lugar de los demás te enriquece, pero esto requiere de un gran esfuerzo. Porque la empatía es algo que se desarrolla, pero que también disminuye si no le prestas la atención que requiere.
No intentes ganar a toda costa: El control y el poder nos hacen tomar a las personas como objetos para conseguir nuestros objetivos.

Pisar a los demás por el camino te garantizará llegar a la meta, pero cuando lo hagas sentirás que te falta algo. Tu felicidad no será completa.

La vida es un bumerán

La vida es como un divertido bumerán. Lo lanzas, pero regresa de nuevo. Así ocurre con nuestras acciones, por lo que cuanto mejor actuemos más cosas buenas recibiremos.
No te conviertas en una víctima, porque no lo eres. La responsabilidad de todo lo que te acontece es tuya. Si no prestaste atención a lo que cosechabas tiempo atrás, ¿acaso esperas que todo vaya bien ahora?
Es muy fácil echarle la culpa a la vida, a la suerte… A todo menos a ti mismo. Abre los ojos.
No es negativo haber lanzado piedras. Gracias a esto puedes aprender a ser más consciente de tu presente y a pensar más en tus acciones.
Intenta ser lo más justo posible, deja el egoísmo a un lado, ya que te hace perder en vez de ganar, y actúa siempre desde la bondad.


No obstante, si por algún casual la piedra que hoy lances la recibes mañana, ¡no te preocupes! Responsabilízate de lo que ahora estás recibiendo y aprende a no volver a tirar ninguna más.
Cuando todo te vaya genial te darás cuenta de que esto es fruto de haber actuado bien.