jueves, 15 de junio de 2017

LA NIÑA DEL COLLAR

Una conmovedora historia del Holocausto
"No existe la casualidad, y lo que se nos presenta como azar surge de las fuentes más profundas."
Friedrich Schiller
Durante el Holocausto, un gran grupo de mujeres judías polacas fueron detenidas para ser enviadas a las cámaras de gas… Una vez reunido el grupo se les despojó de sus pertenencias. Los oficiales nazis, dijeron a los aldeanos que los estaban observando: “Todo lo que estas judías dejan pueden cogerlo, ya que es seguro que no van a volver por ellas! “-
Dos mujeres polacas que se encontraban cerca vieron a una mujer en la cola del grupo, con un gran abrigo pesado y caro.
No queriendo esperar antes que otros se les adelantaran, fueron hacia la mujer, la tiraron al suelo, le quitaron el abrigo y se marcharon. Estas dos mujeres polacas comenzaron a buscar lo oculto en el abrigo y se pusieron a dividir el botín. A medida que buscaron en los bolsillos, descubrieron joyas de oro, plata candelabros y otras valores que fueron sacando, pero aún así, al levantarlo, parecía más pesado de lo que debería ser.
Siguieron buscando y en un bolsillo secreto y escondido dentro de la capa había un pequeño bebé del sexo femenino. Impresionada por su descubrimiento, una de las mujeres se dirigió a la otra diciendo:
“Yo no tengo hijos, y soy demasiado vieja para tenerlos ahora, toma tu el oro y la plata, y yo me llevo al bebé “. El acuerdo se llevó a cabo y la mujer polaca se llevó a la casa su nueva “hija” y su marido quedó encantado.
Criaron a la niña judía como su propia hija, pero nunca le contaron su verdadera historia. La niña sobresalió en sus estudios y se convirtió en una pediatra de éxito y trabajó en el mejor hospital de Polonia.
Cuando sus padres fallecieron y ella volvió del entierro de su madre, una señora mayor la invitó a a su casa y le comenta:
“Quiero que sepas que la mujer que falleció la semana pasada no fue tu verdadera madre”… Y procedió a contarle la historia.
La chica no le creyó al principio, pero la anciana le dijo:
– “Cuando te encontramos, llevabas un colgante de oro con una hermosa escritura extraña en él que debe ser hebreo, estoy segura que tu madre conservó ese collar; búscalo” .
Con esas palabras se despidió. La muchacha fue al joyero de su “madre” y encontró el collar igual al que la mujer había descrito. Y desde entonces lo a diario, pero nunca pensó en sus posibles raíces judías.
Algún tiempo después, de unas vacaciones en el extranjero, se encuentra con dos muchachos de Lubavitch. Aprovechando la oportunidad les contó la historia y les mostró el collar.
Los chicos confirmaron que un apellido judío fue inscrito en el collar. Ellos le recomendaron que envíe una carta al Rebe de Lubavitch explicándole todo.
Envió la carta y recibió una respuesta rápida, diciendo que se desprende de los hechos que ella es una muchacha judía, y dado que ella tenía un talento especial, debería utilizar sus inestimables habilidades en Israel, que allí había necesidad de pediatras con talento.
Ella tomó el consejo del Rebe y se trasladó a Israel, donde se acercó a un Beit Din, que la declaró judía. Fue aceptada en un hospital, trabajó, conoció a su marido y crió una familia.

Algunos años más tarde… Se produjo un ataque terrorista en la cafetería Sbarro en el centro de Jerusalén, fue en agosto de 2001, mientras paseaba con su esposo cerca del lugar. Le dijo a su marido que regresara a casa con los niños y corrió a la escena del atentado para ayudar a auxiliar a los heridos y trasladarlos al hospital.
Cuando llegó al hospital conoció a un anciano que estaba en estado de shock, buscando por todas partes a su nieta, que se había separado de él. Ella le tranquilizó y se fue con él a buscarla entre todos los pacientes. Al preguntarle cómo podía reconocer a la chica el abuelo le dio la descripción de un colgante de oro que la chica llevaba puesto.
Después de buscar entre los heridos, finalmente encontró a la nieta que tal como le comentó el anciano llevaba el collar. Al ver este collar, la pediatra se congeló. Se volvió hacia el anciano y le preguntó:
“¿Dónde compró este collar?”
“No se puede comprar este tipo de collar”, respondió él. “Soy un orfebre y yo lo hice. En realidad hice dos iguales, una para cada una de mis hijas”.
“Esta es mi nieta, de una de ellas, mi otra hija no sobrevivió a la guerra “ … Y así fue como la niña judía polaca, ya convertida en mujer, se reunió con su padre.

NOTA

Me llegó vía e-.mail. Parece ser que tiene una base histórica real detrás. Cierto o no pienso que las "Casualidades" a veces existen.

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