martes, 11 de noviembre de 2014

GATOS TRISTES ESPERANDO A SUS DUEÑO

Se dice por ahí que los gatos no son tan cariñosos como los perros, pero a los gatos de estas fotografías parece que no les afecta esta regla. Y es que estos gatos, tristes, esperando a sus dueños mirando por la ventana pretenden demostrar que cada uno muestra el cariño a su manera.
















LA BODA DE LA XDZUNUÚM.

Una mañana llena de sol, el colibrí, o xdzunuúm que es su nombre en lengua maya, estaba parada sobre la rama de una ceiba y lloraba al contemplar su pequeño nido a medio hacer. Y es que a pesar de que llevaba días buscando materiales para construir su casa, sólo había encontrado unas cuantas ramas y hojas que no le alcanzaban. La xdzunuúm quería acabar su nido pronto, pues ahí viviría cuando se casara, pero era muy pobre y cada vez le parecía más difícil terminar su hogar y poder organizar su boda.

La xdzunuúm era tan pequeña que su llanto apenas se escuchaba; la única en oírlo fue la xkokolché, quien voló de rama en rama hasta encontrar a la triste pajarita. Al verla, le preguntó:

— ¿Qué te pasa, amiga xdzunuúm?

— ¡Ay! Mi pena es muy grande —sollozó más fuerte la xdzunuúm.

—Cuéntamela, tal vez yo pueda ayudarte —dijo la xkokolché.

— ¡No! Nadie puede remediar mi dolor —chilló la xdzunuúm.

—Ándale, platícame qué tienes —insistió la xkokolché.

—Bueno —accedió la xdzunuúm—. Fíjate que me quiero casar, pero mi novio y yo somos tan pobres que no tenemos nido ni podemos hacer la fiesta.

— ¡Uy! Eso sí que es un problema, porque yo soy pobre también —respondió la xkokolché.

— ¿Lo ves? Te lo dije, nadie me puede ayudar —gritó la xdzunuúm.

—No llores, espérate, ahorita se me ocurre algo —aseguró la xkokolché.

Las dos aves pensaron un rato; desesperada, la xdzunuúm ya iba a llorar de nuevo, cuando la xkokolché tuvo una idea:

—Mira, tú y yo solas no vamos a poder con la boda. Tenemos que llamar a otros animales para que nos ayuden.

Apenas acabó de hablar, la xkokolché entonó una canción en maya, que decía así:

U tul chichan chiich, u kat socobel, ma tu patal xun, minaan y nuucul.

De esta forma, la xkokolché contaba que una pajarita se quería casar, pero no tenía recursos para hacerlo. Luego repitió la canción; como su voz era tan dulce, algunos animales y hasta el agua y los árboles se acercaron a escucharla. Cuando ella los vio muy atentos a sus palabras, les pidió ayuda con este canto:

Minaan u xbakal, minaan u nokil, minaan u xanbil, minaan u xacheil, minaan u neeneíl, minaan u chu-cí, minaan u necteíl.

Con esas palabras, la xkokolché les explicaba:

No tiene el collar, no tiene el vestido, no tiene los zapatos, no tiene el peine, no tiene el espejo, no tiene los dulces, no tiene las flores.

Mientras la xkokolché cantaba, la xdzunuúm derramaba gruesos lagrimones. Así, entre las dos lograron que todos los presentes quisieran ayudar. Por un momento, se quedaron callados, luego, se escucharon varias voces:

—Que se haga la boda, yo daré el collar —dijo el ave xomxaníl, dispuesta a prestar el adorno amarillo que tenía en el pecho.

—Que se haga la boda, yo daré el vestido —ofreció la araña y empezó a tejer una tela muy fina para vestir a la novia.

—Que se haga la boda, yo daré los zapatos —aseguró el venado.

—Que se haga la boda, yo daré el peine —prometió la iguana y se quitó algunas púas de las que cubren su lomo.

—Que se haga la boda, yo daré el espejo —afirmó el cenote, pues su agua era tan cristalina que en ella podría contemplarse la novia.

—Que se haga la boda, yo daré los dulces —se comprometió la abeja y se fue a traer la miel de su panal.



Con eso, ya estaba listo lo necesario para la boda. La xdzunuúm lloró de nuevo, pero ahora de alegría. Luego, voló a buscar al novio y le dijo que ya podían casarse. A los pocos días, se celebró una gran boda, y por supuesto, la xkokolché fue la madrina. En la fiesta hubo de todo, porque los invitados llevaron muchos regalos. Desde entonces, la xdzunuúm dejó de lamentar su pobreza, pues supo que contaba con grandes amigos en el mundo maya.




PAGAR PARA PASAR LAS VACACIONES EN PRISION.

¿Aburrido de pasar todos los veranos en la playa? Una alternativa original puede ser reemplazar un confortable hotel por una cárcel del Lejano Oeste.


Ambientado como las clásicas películas de cowboys, esta cárcel ubicada en Montana, EE.UU. ofrece todas las molestias que lo harán sentirse un villano de película o un héroe injustamente detenido. Pero, a no engañarse: las camas tienen colchón y hasta le permitirá dormir con el resto de su familia.
Las llaves de la celda tampoco son muy confiables, ya que el aviso que publicita este extraño alojamiento sugiere aprovechar el día para salir de excursión por Anaconda, tal el nombre del pueblo, ir a esquiar y hasta jugar al golf, todas actividades raramente vistas en películas del Far West.

El costo de veranear detrás de los barrotes es de 245 dólares la noche. No incluye los tragos en el Saloon ni duelos de pistolas con otros turistas. Pero eso sí, el sheriff le trae el desayuno a la cama.


16 COSAS FACILES QUE TIENES QUE HACER PARA ALCANZAR EL ÉXITO.

1. Tendrás que realizar esa llamada que tanto miedo tienes de hacer.
2. Tendrás que levantarte más temprano de lo que realmente te gusta.
3. Tienes que dar más de ti sin esperar nada en el corto plazo.
4. Tienes que preocuparte más por las personas que se preocupan por ti.
5. Tienes que seguir luchando, aunque estés lesionado, con sangre y dolor.
6. Tienes que continuar aunque algunos ya se hayan detenido y aunque otros aún no hayan comenzado a seguirte.
7. Tienes que invertir en ti mismo, aunque esa inversión nadie la aprecie.
8. Tendrás que mirar como un tonto mientras estás buscando respuestas que no tienes.
9. Tendrás que esculpir algunos detalles cuando sería mucho más fácil encogerse de hombros.
10. Tendrás que presentar resultados sabiendo que poner excusas es una opción, pero no es la opción.
11. Tendrás que buscar tus propias explicaciones, incluso cuando te digan de aceptar los “hechos”.
12. Tendrás que cometer errores y quedar como un idiota.
13. Tendrás que intentar, fallar y volver a intentar.
14. Tendrás que ser amable incluso con la gente que ha sido cruel contigo.
15. Tienes que ser responsable de tus acciones incluso cuando las cosas van mal.
16. Tienes que seguir moviéndote hacia donde quieres estar. No importa lo que haya delante de ti.


Tomado de http://universo-espiritual.ning.com/