La historia de la ciudad de México es muy
rica, sin embargo, con el pasar de los años, varios de los acontecimientos
fueron perdiendo credibilidad o sufrieron algunas modificaciones ocasionadas
por las interpretaciones de los emisores o receptores, pasando a convertirse en
auténticas leyendas, al desconocerse si los hechos en realidad pasaron o si
sólo fueron obra de la imaginación de la ciudadanía.
Algunas de las leyendas más conocidas
de la ciudad de México, las cuales han sido contadas de generación en
generación, son:
1. La Llorona
Es una de las historias más famosas
del México antiguo, al incluso desconocerse su fecha de origen, ya que se
asegura que proviene del Siglo XVI, cuando la ciudadanía estaba obligada a
refugiarse en sus hogares durante el toque de queda, instantes en el que
aseguraban escuchar el conocido lamento "¡Ay, mis hijos"!
También se asegura que la leyenda se
habría desprendido, porque la mujer se habría visto obligada a matar a sus
hijos a petición de su novio, quien le puso esa condición para que no se
apartara de su lado, sin embargo, después se arrepentiría de sus actos, cuando
sorprendió a su amante en manos de otra dama.
La historia más antigua se refiere a
una Diosa Azteca de nombre Chihuacóalt que predecía la conquista de "sus
hijos" y lanzaba una plegaria que decía: "Hay mis hijos, como
escaparan a tan funesto destino".
2. Antiguo Convento de la Concepción
Ubicado en Belisario Domínguez y
República de Brasil, Centro Histórico, el conjunto original estuvo formado por
varios edificios, el noviciado, el edificio principal del convento y el templo.
De acuerdo a la leyenda, por tiempos
de la colonia, existió una mujer llamada Doña María Gil, la cual se encontraba
perdidamente enamorada de Don Urrutia. A su relación se oponían los dos
hermanos de la joven y un día decidieron ofrecerle una fuerte cantidad de
dinero al pretendiente de su hermana para que dejara la ciudad y se olvidara de
ella. Cuando él se fue a Veracruz, se asegura que ella ingresó al convento;
pero no soportando el sufrimiento se ahorcó de un árbol de duraznos.
La leyenda señala que su cuerpo se aparecía a las monjas
enclaustradas que vivieron en el convento.
3. La casa de la Tía Toña
Ubicado en la tercera sección del
Bosque de Chapultepec, este inmueblese ha popularizado debido a una leyenda
urbana en donde se asegura que ahí aún habita una mujer que se enfurece cuando
es visitada por curiosos.
Cuando se enfada ocurren cosas
inexplicables en la propiedad. Se escuchan ruidos de cosas que caen, una
silueta aparece en las ventanas y se siente la presencia de alguien.
La casa se localiza cerca del panteón
"Dolores", en Avenida Constituyentes, y la leyenda señala que la
"Tía Toña" era una mujer solitaria y con dinero. En medio de esta
soledad decidió darle cobijo en su casa a niños de la calle, proporcionándoles
techo, ropa y comida.
A pesar de su aplaudible acción, los
jóvenes le hicieron la vida imposible, motivo por el que un día comenzó a matarlos
a base de golpes y luego arrojó sus cuerpos a un río cercano. Cuando la culpa
la alcanzó, se encerró en su habitación y nunca volvió a salir.
4. Casa de Don Juan Manuel
En la calle de Uruguay 94, en el
Centro Histórico, se encuentra el inmueble que habitó Don Juan Manuel de
Solórzano, edificio que encierra la historia de un hombre que, de acuerdo la
leyenda, vendió su alma al diablo con tal de saber con quién lo engañaba su
mujer.
Supuestamente en las noches aparece un
hombre en el portón de la construcción y pregunta la hora. Si alguien contesta
"Son las 11 de la noche" él dirá "¡Dichoso aquel que sabe la
hora de su muerte!
Este sitio en la actualidad sirve de
salón para eventos y fiestas privadas, ya que su arquitectura del siglo XVI lo
convierte en un lugar bello y confortable para pasar el tiempo con amigos,
además de que está catalogado como Monumento Histórico por el Instituto
Nacional de Antropología e Historia y por el Instituto Nacional de Bellas
Artes.
5. Viejo Hospital Juárez
Esta clínica localizada en Jesús María
y Fray Servando, en el Centro Histórico, es conocida por recibir con cierta
frecuencia la visita de "La Planchada", una enfermera de apariencia
inofensiva cuya risa es calificada de "siniestra" por las personas
que se han topado con esta manifestación.
El nombre lo obtuvo por su atuendo
colonial, el cual luce perfectamente planchado y amildonado.
De acuerdo a relatos urbanos, la mujer
se enamoró perdidamente de un médico, sin embargo, el cariño no era recíproco,
tal y como ella misma lo pudo constatar al enterarse que el galeno salía con
otra mujer. Jamás se recuperó de la desilusión amorosa.
6. La calle de La Quemada
A mediados del siglo XVI, Gonzalo
Espinosa de Guevara llegó a la ciudad de México y lo hizo acompañado de su
bella hija Beatriz, de 20 años, quien es
la protagonista de esta sangrienta y memorable historia.
La leyenda relata que Martín de
Scópoli, un Marques italiano de Piamonte y Franteschelo, se enamoró
perdidamente de ella, por lo que decidió matar a todos sus posibles
pretendientes, para así asegurar que Beatriz se fijara en él, sin embargo, la
joven decidió acabar con su belleza y así dejar de atraer a Martín, por lo que
llenó un recipiente de metal con carbón y lo arrojó en dirección a su rostro.
A pesar de las quemaduras y de haber
perdido uno de sus principales atractivos, Martín le confesó que la amaba por
su interior, confesiones que le robaron el corazón a Beatriz, quien meses más
tarde se casaría con el Marques.
Betty utilizó un velo blanco en el día
de su boda, pero después siempre portó un velo de color negro, por lo que nunca
nadie pudo volver a ver su rostro, aquel que robó los suspiros de los hombres
de la época.
A partir de entonces, la calle donde
vivió Beatriz se llamó la calle de la Quemada, aunque en la actualidad es conocida como la 5a. calle de Jesús María.
7. Fantasma de la Basílica de
Guadalupe
Muchos narran que han visto salir a
una mujer de la Basílica que carga una vela que no se apaga ni con la lluvia ni
con el viento.
Se le ha visto atravesar paredes,
luego de dejar ofrendas y rezar. Visitantes afirman que es un alma en pena que
dejó asuntos pendientes en la tierra.
También existen relatos en torno a la
antigua Basílica de Guadalupe, al asegurarse que por las noches se escuchaban
las campanadas, a pesar de que nadie las tocaba, ya que el capellán había
fallecido a causa de una enfermedad mal cuidada.