Saddam Hussain, un ingeniero marino de
Jamshedpur, India, afirma que llevar el mismo nombre que el famoso ex dictador
de Irak le ha hecho imposible conseguir trabajo en el campo en el que se
entrenó tantos años.
Cuando el abuelo de Sadam eligió su
nombre, hace 25 años, no tenía ni idea de que un día se convertiría en una
enorme carga. Después de todo, el nombre es muy popular entre los musulmanes de
la India, pero debido a su elección de carrera, está resultando un obstáculo
insuperable.
Luego de numerosos fracasos en los
primeros seis meses de búsqueda de empleo, Saddam no tenía ni idea de por qué
nadie quería contratarlo, por lo que decidió ponerse en contacto con el
departamento de recursos humanos de las empresas en las que había aplicado, y
algunos admitieron que tenía que ver con su nombre. “Pregunté entonces en los
departamentos de recursos humanos de las empresas, y algunos me dijeron que el
problema era mi nombre”, contó Saddam. “La gente tiene miedo a contratarme”.
Resulta que tener un empleado que
comparte el nombre con el ex dictador de Irak, puede ser una pesadilla
operacional, especialmente cuando su trabajo requiere cruzar las fronteras
nacionales de manera rutinaria. A pesar de la pequeña diferencia en la
ortografía (Huassain, no Hussein), y la muerte del controvertido líder iraquí,
el nombre despierta sospecha al instante, así que tener un miembro del staff
llamado Saddam Hussein, podría crear problemas innecesarios para la empresa.
“Si el problema consiste en cruzar las
fronteras, entonces nada se puede hacer ya que las autoridades de la patrulla
fronteriza y el aeropuerto están muy orientadas a procesos, y si hay una señal
de alerta, se echa un vistazo” dijo un alto ejecutivo de TeamLease Services con
sede en Delhi. “Si el trabajo de la persona implica frecuentes viajes al
extranjero, él podría quedar atascado, o la empresa tener que sacarlo de la
situación, haciendo engorroso que lo contraten.”
Convencido de que nunca podría
trabajar como ingeniero marino con un nombre tan problemático, Saddam decidió
cambiar legalmente su nombre a Sajid, pero eso sólo empeoró las cosas. A pesar
de sus actuales documentos (incluyendo pasaporte, credencial de elector y
licencia de conducir), cuentan con su nuevo nombre, en sus certificados de
estudios su nombre todavía aparece como Saddam Hussein. Eso hace que las
empresas sean aún más reacias a contratarlo.
La Universidad Noorul Islam se negó en
un principio a cambiar los documentos, así que apeló a la Junta Central de
Educación (CBSE) para el cambio, pero todavía no ha recibido una respuesta.
Desesperado por encontrar un trabajo, Sajid ha abordado recientemente el alto
tribunal Jharkhand con un llamado para pedir a la CBSE que cambie su nombre. La
primera audiencia ha sido fijada para el 5 de mayo.
“Soy una víctima inocente de los
crímenes de otra persona”, concluye Sajid.