jueves, 23 de febrero de 2012

USA MAQUILLAJE TODOS LOS DÍAS DURANTE DOS AÑOS... SIN QUITÁRSELO POR LAS NOCHES

¿Pero cómo? ¿Había que lavarse la cara?


Una joven coreana se estuvo aplicando maquillaje en su cara durante dos años, todos los días, sin remover las capas de cosmético que iban quedando del día anterior.

Casi religiosamente, lo primero que Dal-mi Bae hacía en las mañanas era mirarse al espejo y aplicarse una nueva capa de polvos para delinear sus facciones. Luego utilizaba lápices de labios, rubor y sombras de ojos para delinear sus facciones. Sin embargo, la joven nunca retiraba el maquillaje aplicado, y por más de 800 días, llevó los residuos de los cosméticos en su cara.

Pero todo tiene una consecuencia: los médicos le diagnosticaron que sufre un daño irreparable en la piel y la muchacha de 20 años, sin maquillaje ahora luce como una señora de 40. Con la diferencia que ya no puede ocultar sus arrugas e imperfecciones si es que quiere que la piel, literalmente, no se le caiga.

LA CASA DEL TRUENO


Cuentan los viejos que entre totomoxtle y coatzintlali existía una caverna en cuyo interior los antiguos sacerdotes habían levantado un templo dedicado al dios del trueno, de la lluvia y de las aguas de los ríos. Eran tiempos en los que aún no llegaban los hispanos ni las portentosas razas, conocidas hoy como totonacas, que poblaron el lugar de veracruz que después llamaron totonacan. Y siete sacerdotes se reunían cada tiempo en que era menester cultivar la tierra y sembrar las semillas y cosechar los frutos, siete veces invocaban a las deidades de esos tiempos y gritaban entonaban cánticos a los cuatro vientos o sea hacia los cuatro puntos cardinales, porque según las cuentas esotéricas de esos sacerdotes, cuatro por siete eran 28 y ventiocho días componen el ciclo lunar.


Siguen diciendo las viejas crónicas que se han convertido en asombrosas leyendas, que esos viejos sacerdotes hacían sonar el gran tambor del trueno y arrastraban cueros secos de los animales por todo el ámbito de la caverna y lanzaban flechas encendidas al cielo. Y poco después atronaban el espacio furiosos truenos y los relámpagos cegaban a los animales de la selva y a las especies acuáticas que moraban en los ríos.

Llovía a torrentes y la tempestad rugía sobre la cueva durante muchos días y muchas noches y había veces en que los ríos huitizilac y el de las mariposas, papaloapan, se desbordaban cubriendo de agua y limo las riberas y causando inmensos desastres. Ycuanto mas arrastraban los cueros mayor era el ruido que producian los torrentes y cuanto más se golpeaba el gran tambor ceremonial, mayor era el ruido de los truenos cuanto más relámpagos significaba mayor número de flechas incendiarias.

pasaron los siglos...

y un día arribaron al lugar grupos de gentes ataviadas de un modo singular, trayendo consigo otras costumbres, y otras leyes y otras religiones. Se decían venidos de otras tierras allende el gran mar de turquesas (golfo de méxico) y tanto hombres, como mujeres y niños, tenían la característica de estar siempre sonriendo como si fueran los seres más felices de la tierra y tal vez esa alegría se debía a que después de haber sufrido mil penurias en las aguas borrrascosas de un mar en convulsión habían por fin llegado a las costas tropicales, donde había de todo, así frutos como animales de caza, agua y clima hermoso.

Se asentaron en ese lugar al que dieron por nombre, en su lengua totonacan y ellos mismos se dijeron totonacas.

pero los sacerdotes, los siete sacerdotes de la caverna del trueno no estuvieron conformes con aquella invasión de los extranjeros que traían consigo una gran cultura y se fueron a la cueva a producir truenos, relámpagos, rayos y lluvias y torrenciales aguaceros con el fin de amendrantarlos.

En los antiguos registros que los milenios han borrado, se dice que llovió mucho y durante varios días y sus noches, hasta que alguien se dió cuentra de que esas tempestades las provocaban los siete hechiceros, los siete sacerdotes de la caverna de los truenos.

No siendo amigos de la violencia, los totonacas los embarcaron en un pequeño bajel y dotándoles de provisiones y agua los lanzaron al mar de las turquesas en donde se perdieron para siempre.

pero ahora era preciso dominar a esos dioses del trueno y de las lluvias para evitar el desastre del pueblo totonaca recién asentado y para el efecto se reunieron los sabios y los sacerdotes y gentes principales y decidieron que nada podría hacerse contra esas fuerzas que hoy llamos sencillamente naturales y que sería mejor rendirles culto y pleitesía, adorar a esos dioses y rogarles fueran magnánimos con ese pueblo que acababa de escapar de un monstruoso desastre.

y en ese mismo lugar en donde había el templo y la caverna y se ejercía el culto al dios del trueno, los totonacas u hombres sonrientes levantaron el asombroso templo del tajín, que en su propia lengua quiere decir lugar de las tempestades. Y no sólo se rindió culto al dios del trueno sino que se le imploró durante 365 días, como número de nichos tiene este pasmoso monumento invocando el buen tiempo en cierta época del año y la lluvia, cuando es menester fertilizar las sementeras.

Hoy se levanta este maravilloso templo conocido en todo el mundo como pirámide o templó de el tajín en donde curiosamente parecen generarse las tempestades y los truenos y las lluvias torrenciales.

así nació la pirámide de el tajín, levantada con veneración y respeto al dios del trueno, adorado por aquellas gentes que vivieron mucho antes de la llegada de los extranjeros, mucho antes de la llegada de los totonacas, cuando el mundo parecía comenzar a existir.

¡CLARO QUE HE HECHO ALGO!


Era un día lluvioso y gris. De pronto, me encontré a una niña apenas cubierta con un vestido todo roto, tiritando de hambre y de frío.


Me encolericé y le reclamé a Dios:

"¿Cómo es posible Señor, que habiendo tanta gente que vive en la riqueza, permitas que esta niña sufra hambre y frío?

¿Cómo es posible que te quedes ahí tan tranquilo, indiferente ante tanta injusticia, sin hacer nada?“. ..

… Después de un largo silencio, sentí la voz de Dios que me contestaba:

“¡Claro que he hecho algo!

¡Te hice a ti! "

NUEVA SOLUCIÓN A LA CALVICIE: TATUARSE CABELLOS

Una alternativa a los costosos implantes


La alopecia es un tema delicado para muchos hombres. Tanto que los trasplantes capilares son una nueva moda en el campo de las cirugías estéticas. Sin embargo su alto costo es un impedimento para la gran mayoría. Pero a no desesperar. Una nueva solución parece asomar para todos aquellos que no tengan el dinero suficiente para un implante tatuarse la cabeza. Sí, una alternativa barata y permanente es la de tatuarse pelos en el cuero cabelludo.
Claro que no estamos hablando de una frondosa cabellera para lucir los pelos al viento. La idea es raparse y marcar con tinta unos pequeños puntos en la cabeza que simulan a pelitos recién cortados, cubriendo toda la superficie de la cabeza.


La técnica es más complicada de lo que parece, y consiste en la aplicación de pigmentos de distintos tonos de grises en la piel para dar la apariencia de una cabeza rapada. El doloroso procedimiento lleva un par de horas, pero los resultados son sorprendentes.