Piensa en las cosas que te hacen
feliz, no en lo que te entristece.
Medita en la bondad del alma humana, no en los
vicios que la envilecen.
Considera las cosas buenas de que
gozas; no repares en las privaciones.
Admira las virtudes de tus amigos; hazte el ciego a sus limitaciones.
Ten en cuenta lo que rinden tus
negocios en lugar de lamentarte de tus pérdidas.
Considera lo bueno que se habla de ti; desoye
agravios e impertinencias.
Da gracias por los días de salud y
ventura en vez de amargarte por los reveses.
Alégrate de la vida y la luz del sol; no te
quejes cada vez que llueve.
Llena de esperanza tus pensamientos; desecha
la duda en torno al futuro.
Mira cuántos tesoros has encontrado; olvida
los que quedaron ocultos.
Preocúpate por el servicio que
prestas, y no por lo que mejor te acomoda.
Piensa en la felicidad ajena; ¡Así será como
hallarás la propia!
"Por lo demás, hermanos, todo lo que es
verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo amable, todo lo que es de
buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto
pensad." Filipenses 4:8