lunes, 15 de enero de 2018

COMO PROTEGER AL MEDIO AMBIENTE.

Con el aumento del efecto invernadero en el planeta, cada día cobra mayor importancia tomar conciencia y aplicar medidas para proteger el medio ambiente.
A menudo, cuando se piensa en proteger al medio ambiente se piensa en hacer grandes inversiones o en procedimientos fuera de nuestro alcance. Contrario a esto, la realidad es que las acciones cotidianas son las más importantes, aunque nos parezcan un aporte pequeño.
Si bien es cierto que muchas personas han logrado tomar conciencia y adoptar ciertos hábitos amigables con el medio ambiente, aún queda mucho por hacer.
A continuación te brindamos una guía para adoptar un estilo de vida mucho más amigable y más verde. Comprobarás que no se supone reto alguno. ¿Qué esperas para adoptar algunos hábitos ecoamigables?
Cómo proteger al medio ambiente
1.  Disminuir el uso del vehículo
Trasladarse en transporte público o en bicicleta al trabajo o a la universidad es una buena forma de reducir el impacto de la polución. Estas acciones contribuyen a disminuir a la mitad la emisión de CO2 que se genera en una ciudad, de acuerdo a la densidad poblacional.
Tomando en cuenta esto, muchos países han implementado sistemas de transporte más amigables con el medio ambiente. Se trata de trasladar mayor cantidad de personas, generando menor impacto al ecosistema.
Así mismo, la gran mayoría de los países europeos fomentan el uso de medios alternativos como la bicicleta. Además de proteger el medio ambiente, contribuyen a mejorar la calidad de la vida del ciudadano a través del ejercicio y la disminución del estrés causado por el tráfico.
2.  Usar conscientemente el agua
Hacer uso racional del agua es una de las medidas más importantes para proteger el medio ambiente. Hay que recordar que se trata de un recurso natural no renovable.

Cerrar la llave del grifo mientras se cepillan los dientes, se enjabona en la ducha o se lavan los platos, puede suponer un ahorro de 90% en el consumo del agua. Lo mismo ocurre al lavar el automóvil utilizando un cubo de agua, en lugar de la manguera.

3.  Emplear eficientemente la energía
Entre los mayores inventos de la humanidad, la energía ocupa un lugar importante. Nuestro día a día gira en torno al uso de la energía. Por ello, la concienciación sobre sus efectos en el medio ambiente tiene que variar los hábitos de las personas.
Apagar las luces cuando no se utilizan, sustituir bombillas comunes por unas ahorradoras, mantener desenchufados los cargadores cuando no sean útiles. Son algunas de las prácticas que se pueden implementar para proteger el medio ambiente.
Saber escoger entre productos ahorradores de energía mejora el consumo de este servicio y también beneficia el bolsillo del usuario a largo plazo.
4.  Consumir alimentos locales y orgánicos
Proteger al medio ambiente no solo implica la disminución en el uso de los servicios básicos. También en el consumo de alimentos procesados o tratados, con prácticas agrícolas como el uso de fertilizantes. Estas acciones tienen un impacto directo sobre el medio ambiente.

Preferir alimentos locales u orgánicos es una manera de proteger el medio ambiente. Se trata de productos que han sido cultivos de forma tradicional, sin el uso de pesticidas, fertilizantes, conservantes o aditivos. Estas sustancias de alto impacto se usan comúnmente en proceso agrícolas industrial.
Además de ser más saludables, los alimentos orgánicos suponen menor uso de energía. Entre otras cosas, porque son cultivados de forma natural, lo cual contribuye a proteger al medio ambiente y disminuir su costo para el consumidor final.
Otra modalidad que ha proliferado es la agricultura urbana. Consiste en crear huertos en espacios pequeños de casas o edificios como patios, balcones, terrazas, azoteas, entre otros.
En su mayoría, este sistema es concebido para el autoconsumo doméstico. En los últimos años se ha presentado como una modalidad de sustento familiar o de ingresos adicionales en muchos países latinoamericanos.
5.  Clasificar los desechos y reciclar
La cultura del reciclaje es una contribución sencilla de gran impacto. La mayoría de los desechos generados por el hombre terminan dañando la biodiversidad.
Por ello, clasificar y reciclar aquellos materiales que cumplan con esta condición es una manera fácil de proteger al medio ambiente.