viernes, 12 de diciembre de 2008

LA HUMILDAD

LA HUMILDAD

Para ser humildes solo hace falta SER. Dar sin esperar nada a cambio, hacerlo
con alegría. Es una virtud innata en todos, pero que suele estar adormecida.

La humildad es una elección que tiene que ver con el autorespeto y la autoestima, es dar y darse en un equilibrio permanente. Es intentar equilibrarnos desde los valores, tratando de tener una vibración alta, buscando que es lo que nos hace felices y que nos ayuda a ser fieles a nosotros mismos. Sin querer imponer nada a nadie, ser capaces de enseñar y compartir todo lo aprendido.

La arrogancia y el complejo de inferioridad son dos caras de una misma moneda.
A través del autoconocimiento podemos estar atentos a que es lo que refuerza
nuestra arrogancia y que nuestra baja autoestima. Lo que se activa en ambos
casos es lo que pienso de mí, lo cual incluye al mismo tiempo toda nuestra
historia y vivencias. Vivimos con una idea de nosotros, que podemos enriquecer
con lo espiritual, para así poder elegir que pensar, hacer o sentir. Es desde
este lugar que podemos dar respuesta a "quien soy yo". En general no somos concientes todo el tiempo de nuestros valores, por eso no los llevamos a
la práctica.

Con el autoconocimiento podemos hacernos cargo para ser más libres y
responsables. Responsables como posibilidad de responder. Porque podemos
declamar muchas cosas, pero el tema son nuestras acciones, ellas tendrán más
fuerza que todo lo que digamos. En las acciones podemos vernos como y donde
estamos parados en nuestro proceso personal. Cuando nos "sintonizamos bien
con nosotros mismos podemos estar bien "sintonizados con los demás".

Nos será muy facilitado conectarnos con la humildad si podemos tener una
actitud de sentirnos "administradores" de nuestros talentos o dones, más que verlos como posesiones desde "yo" y mío". Mío como sentido de pertenencia, que nos lleva más a la arrogancia, al control, al compararnos permanentemente. Si creo que soy talentoso por mérito propio no me será tan fácil ser humilde, es diferente si siento que estoy "administrando" algo "dado". Ayuda tener presente que siempre tenemos de donde "nutrirnos" y que no vamos a quedar "vacíos", porque nos podrán sacar todo lo que tenemos pero nunca lo que somos.

SUPERIORIDAD:
Es sentirse mejor que..., sentirse lleno de virtudes o importante y considerar
a los demás como incompetentes o llenos de defectos.
A nivel conciente diremos: "yo soy...", "tengo ..."
Estado mental: es de euforia por la superioridad.
Actitud hacia el mundo: "yo soy mejor los demás son incompetentes"
Visión: estoy atento a los defectos de los demás
Acción: euforia de superioridad al hacer.
Resultado: Si hay éxito se refuerza la ilusión de superioridad. Si hay
fracaso la culpa es depositada en los otros.

INFERIORIDAD:
Es considerarse a sí mismo incapaz y sin cualidades y considerar a los demás
virtuosos. (estar atentos para no confundir inferioridad con humildad).
A nivel conciente diremos: "yo soy débil", "no tengo valor", "soy incapaz".
Estado mental: de temor y timidez.
Actitud mental: "yo no conseguiré hacer esta tarea de la mejor manera".
Visión: "los demás son mejores que yo".
Acción: Hecha sin confianza y dependiendo de otros.
Resultado: Si hay fracaso el sentimiento de inferioridad se ve fortalecido. Si
hay éxito, este es atribuido a los demás.

AUTORESPETO:
Es ver las propias virtudes y aprender de las virtudes de los demás.
Conciencia: "soy un ser con valores. Tengo varios roles para desempeñar
en la vida".
Estado mental: de serenidad y responsabilidad.
Actitud mental: confianza genuina.
Visión: los demás también son seres con valores que están desempeñando sus
roles. Hay respeto y misericordia.
Acción: Realizada con amor, calma y seguridad.
Resultado: Si hay éxito, alegría y espíritu de cooperación son compartidos
con todos. Si hay fracaso no lleva al desánimo, persiste la voluntad de
aprender y crecer con la experiencia.


- Poder actuar con amor, calma y seguridad tiene que ver con el autorespeto y
la autoestima.
- Es importante no comparar ni compararnos, estar atentos a la intención y a
los sentimientos que nos llevan a una acción, lo cual requiere un
entrenamiento.
- Recordar que lo que decimos son como semillas.
- Estar atentos a no equilibrar la inferioridad desvalorizando al otro.
- "No me importa cuanto sabés, me importas vos". "Como puedo ayudarte a hacer tu trabajo mejor"
- Aprender a diferenciar entre conducta y ser. Aceptamos que el otro ES cuando
nosotros SOMOS.
- El autorespeto y la humildad se refuerzan con el autoreconocimiento, no
comparándonos, podemos aprender de la naturaleza donde en un jardín cada cosa
es diferente pero conviven en armonía y hacen al todo.
- La comparación nos refuerza la arrogancia o la inferioridad.
- Desde la humildad no se tiene que demostrar nada ni invalidar nada.
- Con humildad también reconocemos que hay leyes externas que hacen que haya
muchas cosas que no podemos cambiar ni controlar.