Al año
que termina le digo, ante todo, gracias. Ha sido un año difícil, complicado y
lleno de cambios en mi vida. Un año en el que me he conocido un poco más a mí
mismo y en el que he hecho las paces con esa fiera que parecía llevar dentro.
Al año
que termina le quiero agradecer también cada una de las nuevas personas que han
entrado a formar parte de mi vida, ya sea de forma directa o indirecta, pero
que han estado ahí en ciertos momentos e incluso han contribuido a hacer de
este año algo maravilloso.
Le doy
las gracias igualmente por los fracasos, me han hecho más fuerte, me han dado
nuevas perspectivas y una nueva dirección en la que encaminar mi vida. Siempre
hay algo bueno en lo malo, siempre hay luz en las noches más oscuras.
Puede
que a momentos deseara incluso que acabara antes de tiempo, que llegara el
próximo año de una vez para hacer borrón y cuenta nueva. Menos mal que no lo ha
hecho. Ahora puedo decir que armado de paciencia llegan las cosas buenas,
llegan los buenos momentos con la familia, con los amigos. Llegan amores que
pasan de largo y amores que se quedan y te das cuenta de lo maravillosa que se
vuelve tu vida a su lado.
Ojalá
que el año próximo eleve un poquito más el listón que deja este. Es un reto
difícil, lo sé, el listón está muy alto. Aun así, confío en conseguirlo. Cada
año que pasa me siento mejor conmigo mismo. Las decisiones parecen ser más
acertadas, los cambios menos bruscos.
Solo
dejadme añadir un par de cosas más.
Primero,
un último agradecimiento a todos lo que estáis leyendo esto. Significará que
habéis pasado a formar parte de mi vida y no os podéis hacer ni una mínima idea
de lo mucho que eso significa para mí.
Segundo,
un deseo: que nada borre la sonrisa de vuestros corazones. Solo así uno
encuentra la felicidad que tanto ansía, solo así se llega a vivir en paz tanto
con el mundo como consigo mismo. Así que sonreíd por el año que termina y
hacedlo también por el año venidero.
Feliz
navidad a todos. Feliz año nuevo.