La gente dice que hay dos formas de
aprender:
Por la experiencia, la cual se obtiene
de los errores cometidos; y por la sabiduría, la cual se obtiene de los errores
de otros.
Recomiendo que hasta donde sea
posible, se aprenda de los errores de otros.
Aprender de los fracasos es siempre
más fácil con la ayuda de un buen consejero.
Después que cometo mis errores
garrafales, pido consejo de algunas personas: mi papá, Jack Hayford, Elmer
Towns, y mi esposa Margaret, quien siempre está dispuesta a compartir conmigo
sus opiniones acerca de mis fracasos.
Es importante buscar consejo de la
persona correcta.
Oí la historia de un servidor público
recién nombrado que estaba instalándose en su nueva oficina.
Al sentarse ante su escritorio por primera
vez, descubrió que su predecesor le había dejado tres sobres con instrucciones
que deberían abrirse únicamente en tiempos de angustia.
No habían pasado muchos días antes que
el hombre entrara en conflicto con la prensa, así es que decidió abrir el
primer sobre.
La nota decía: "Échele la culpa a
su predecesor". Y eso fue lo que hizo.
Durante un tiempo todo anduvo bien. Pero unos
pocos meses más tarde, de nuevo estaba en problemas, así es que procedió a
abrir el segundo sobre.
La nota decía:
"Reorganícese". Y eso fue lo que hizo.
Eso le permitió disponer de más tiempo. Pero
debido a que en realidad nunca había resuelto ninguno de los asuntos que
estaban complicándole la vida, volvió a tener problemas, y esta vez, peores que
nunca. De modo que, desesperado, abrió el último sobre.
La nota adentro decía: "Vaya
preparando tres sobres".
Pida consejos, pero asegúrese que sea
de alguien que haya aprendido a manejar sus fracasos en forma exitosa.
- Desconozco su autor -