Hay varios casos de personas que en el
afán de parecerse a sus personajes favoritos, se someten a cirugías extremas,
logrando cierta similitud, pero el caso de Valdir Segato, es verdaderamente
sorprendente y triste.
Éste brasileño tiene 48 años de edad,
y tomó la decisión de lucir igual que Hulk, sí, el personaje de Marvel cómics.
Para esto, tomó el valor de comenzar a inyectarse aceite para agrandar sus
músculos.
En su juventud, Segato cayó en el
mundo de las drogas, y tras rehabilitarse quiso darle a su vida un rumbo
distinto, pero ¡radical! Comenzó a entrenar en el gimnasio para ir aumentando
su masa muscular, pero se desesperó al ver que a pesar de pasar horas en el
gym, no conseguía los resultados deseados.
Fue ahí cuando uno de sus compañeros
le ofreció Synthol. Este es un aceite compuesto por ácidos grasos, alcohol
bencílico y lidocaína. Al inyectarlo en el músculo, hace que éste crezca
exageradamente, por lo que luce muy poco natural.
En el mundo del fisicoculturismo, es
común el uso de este compuesto, pero suele ser supervisado por profesionales,
quienes conocen los riesgos de su utilización. El problema es que Valdir no
contaba con apoyo de ningún tipo de profesional, incluso él mismo se ponía las
inyecciones. Así que el uso desmedido que le dio al Synthol durante años, le
ocasionó una fuerte adicción.
En entrevista con el Daily Mail,
Valdir relató que luego de inyectarse el Synthol en los bíceps, el pecho y los
hombros, pasó de 55 a 80 kilogramos de peso. Lo sorprendente es que a pesar de
que su cuerpo lucía desfigurado, Segato afirmaba que quería verse aún “más
grande”.
Varios médicos le advirtieron que su
salud estaba en riesgo, que debía dejar de inyectarse, porque podría perder los
brazos y las piernas debido a la inflamación tan exagerada en sus músculos, los
cuales se iban deteriorando cada vez más. Sin embargo, el brasileño los ignoró
por completo.
Valdir Segato llegó a comentar que prefería
morir a perder sus músculos. Y al parecer, las cosas no habrían ido nada bien
para él, pues hay información que señala que meses después de su polémica
declaración, le tuvieron que amputar las cuatro extremidades para poder salvar
su vida.
En su desesperación de no poder
moverse de la cama, habría pedido que le apliquen la eutanasia, pero en su país
es un procedimiento prohibido, por lo que tendría que seguir viviendo en esas
tristes condiciones.