La depresión en el perro. Los animales de compañía se sienten bien cuando comparten su vida con una familia, pero en ocasiones pueden sufrir los inconvenientes propios de ésta con la que conviven.
Su carácter se forja a través de la forma en que influye su dueño, hay veces que la atención aparece exagerada y hacen del animal un ser mimado; otras en cambio se les maltrata o abandona o simplemente se les relega un segundo plano.
Cuando sucede esto último, el perro se siente rechazado, piensa que no es aceptado en la familia y es cuando puede sufrir una crisis y entrar en una depresión, pero ésta tan sólo es una de ellas.
Entre las causas que pueden originar una depresión se encuentran :
- Falta de libertad y el vivir en un reducido espacio.
- Situaciones de aburrimiento y la falta de estimulación, así como la inactividad mental.
- Reclusiones solitarias o de encontrarse solo mucho tiempo, que se caracterizan por un ladrido rítmico y es una de las primciplaes cuasas de depresión.
- Familias desorganizadas u hogares estresantes que conllevan ausencias en los hábitos del perro.
- Ansias de compañía y falta de afecto , son situacioens en las que el perro cambia su comportamiento, sufre ansiedad, miedo, nerviosismo y rompe cosas.
La depresión se exterioriza en el perro con apatía general, falta de respuesta ante ciertos estímulos que en otra situación serían gratificantes, nerviosismo, inapetencia, somnolencia, sed o tristeza.
Ante esta situación es recomendable acudir al veterinario, que le puede recetar antidepresivos y mostrar la manera de reeducarle; pero principalmente el papel más importante lo juega el dueño, que debe de mantener vivo el contacto con el animal y realizar actividades con él.
Cuando el dueño no pueda dedicarle el tiempo deseado y se encuentre solo, la radio o la televisión le serán de gran ayuda, pero lo único que le hará salir de su depresión será la relación directa con su dueño.