jueves, 24 de marzo de 2016

A VECES AYUDAR SIGNIFICA NO HACER NADA.


Aunque pensemos que estamos haciendo lo correcto, en ocasiones debemos dejar que el otro recorra su propio camino y se enfrente a las dificultades él solo para poder crecer.
Cuando vemos a alguien sufriendo, ayudar es algo que nos sale de forma inconsciente. Pero… ¿Alguna vez te ha pasado que has ayudado a alguien y lo has hecho aún peor?
Nuestra ayuda no siempre es necesaria. A veces, es mejor mantenerse al margen, aunque cerca. De esta manera, estaremos ayudando más de lo que creemos.
La mariposa que nunca consiguió volar
Cuenta una fábula que una vez un hombre encontró un capullo de mariposa tirado en medio del camino y se lo llevó a casa para protegerlo. Lo puso a buen recaudo, pero al día siguiente notó que había un pequeño agujero.
Cuando se fijó mejor, vio que la pequeña mariposa estaba luchando por salir del capullo.
El hombre estuvo así durante varias horas, viendo cómo la mariposa forcejeaba intentando que su cuerpo pasara a través de aquel pequeño orificio. Sin embargo, de repente, dejó de luchar.
Parecía como si se hubiese rendido o atascado. Al hombre le dio mucha pena y, con gran delicadeza, agrandó el hueco para que la mariposa pudiera salir.
Gracias a la buena voluntad del hombre, la mariposa salió, pero tenía el cuerpo hinchado y unas alas muy pequeñas y dobladas.
El hombre pensó que aquello era normal y continuó observando a la mariposa mientras esperaba que la hinchazón remitiese y que el insecto abriese sus alas y echara a volar. Pero, no fue así.

La pobre mariposa solo se arrastraba haciendo círculos.  Jamás llegó a volar.



Luchar por nosotros mismos es necesario
El hombre se ofreció a ayudar, de buena fe, a la mariposa, pues desconocía que debía dejar que la mariposa se esforzase y luchase por salir.
La mariposa debía pasar por aquel obstáculo ella sola, para que los fluidos de su cuerpo pudiesen pasar a sus alas. Como no fue así, el obstáculo que parecía haber se convirtió en otro mucho más grande: la mariposa nunca llegó a volar.

Debemos tender nuestra mano a aquel que está sufriendo, pero nunca debemos intentar hacer algo por ayudar si así no nos lo piden. Cada uno de nosotros debe vivir sus propios errores, superar sus propias dificultades y resolver sus problemas.
Imagínate que un niño no tiene dificultad alguna para lograr sacar buenas notas, comprar todo lo que necesite y conseguir todo lo que desee.
Este niño, a menos que viva toda su vida así cuando sea mayor, no sabrá lidiar con todas las dificultades que se le van a presentar. Las dificultades que le hemos evitado se verán después multiplicadas.



 Cuesta ver sufrir a alguien, sobre todo si es alguien a quien queremos.
Ese amigo que tan mal lo está pasando en su familia, te necesita, pero no para que le soluciones la vida, sino para que lo apoyes, para poder llorar en tu hombro, para que lo escuches, porque lo va a necesitar.
Si te metes donde no te llaman, quizás en vez de tenderle la mano lo estés hundiendo aún más.
Una vida sin obstáculos te impide crecer
Es cierto que los errores no nos gustan, que los obstáculos a veces nos paralizan, que los miedos provocan que retrocedamos… Pero todo esto es necesario.
Es más, debemos empezar a ver todo esto no como un lastre, sino como una oportunidad de mejorar y crecer en nuestras vidas.
Cada error supondrá una mejoría ante algo que estamos haciendo, un aprendizaje que nos impulsará aún más arriba.
Cada obstáculo nos pondrá a prueba, para ver si somos capaces de continuar hacia nuestra meta o, por el contrario, nos dejaremos llevar. Cada miedo será una oportunidad para superar todo aquello que algunas veces nos paraliza.


No todo lo que vemos como algo negativo necesariamente lo es. La vida está llena de experiencias buenas y otras no tan buenas. Pero, ambas son necesarias para nuestro crecimiento personal.
No permitas que nadie te impida vivir la vida en todos los sentidos, el bueno y el malo. Tampoco evites que otros no puedan superar sus propias dificultades.

Te dejamos con este consejo: nunca hagas por los demás algo que pueden hacer por sí solos. Ofrece tu ayuda a quien verdaderamente lo necesite.