sábado, 28 de marzo de 2015

APARICION DE LA LLORONA EN PUEBLA

Las leyendas en la Sierra Norte de Puebla son innumerables. Algunas de ellas tienen que ver con hechos sobrenaturales como el que a continuación les vamos a presentar. Se trata de un relato que compartió un lugareño de Tlaxco, Puebla, quien pidió omitir su nombre, aunque su versión coincide con el testimonio de otros serranos que fueron testigos del hecho.

Era el año de 1967, en aquellos tiempos no había luz eléctrica, por ende, sólo se alumbraban con lámparas de pilas, de gasolina o quinqués. En los hogares, la diversión o distracción eran los radios de transistores, ya que la televisión era un medio de comunicación aún muy lejano. Por las noches, a la luz de las velas, los señores jugaban baraja en la banqueta, mientras que las mujeres dejaban preparado el nixtamal para molerlo al día siguiente. Por las madrugadas, sólo se escuchaba el sonido de los grillos.

Sin embargo, en una ocasión, algo extraño sucedió. Era como la una de la mañana, estaba medio nublado y los perros ladraban mucho; de repente, se escuchó un llanto muy lastimero, era el de una mujer que inconsolablemente lloraba.

Preocupadas, algunas personas se levantaron a esa hora para ver qué pasaba, algunos se asomaban atrás de sus casas para enterarse de donde procedía el lamento. Posteriormente, mucha gente se concentró en el centro del pueblo y asombrados se preguntaban unos a otros qué era lo que pasaba. El comentario era generalizado, "yo lo escuche en el corral... yo por los tendales", decían con asombro, ya que pensaban que algo grave había ocurrido a alguna señora.

El llanto fue prolongado y fue escuchado en diferentes partes del pueblo. Al día siguiente, ese era el tema principal; sin embargo, nunca se pudo establecer con certeza de dónde provenía el lamento. Adultos mayores aseveraban que se trataba de la llorona. Una historia que deriva de la época colonial en México y que en la Sierra, también, la adoptaron. A raíz de ese hecho, surgieron más testimonios de apariciones de mujeres vestidas de blanco, principalmente en casas antiguas de Tlaxco.


EL DIABLO EN PAÑALES

Esta historia que es una leyenda de la época colonial, y es muy popular en México, donde parte del folklore que lo enriquece son sus leyendas.

Esta dice así; cierta vez, ya muy entrada la noche, circulaba en las callejuelas retorcidas y mal formadas de la ciudad un hombre en evidente estado de ebriedad, las calles eran alumbradas apenas con unos pequeños candiles que al reflejar las sombras formaban tétricas figuras fantasmagóricas, a lo cual el borrachín no daba muestra de sobresalto.

Andando unos pasos más, escuchó levemente el llanto de un bebé, era un llanto ahogado. Se detuvo tambaleante pero ya no escuchó nada más que el aullar de los perros en la lejanía. Andando unos metros más de nuevo escuchó ese llanto inconfundible, ahora si era claro era el llanto de un bebé que se escuchaba más fuerte, el hombre buscó en los rincones, y justo debajo del puente que cruzaba se hallaba la infortunada criatura rosada y regordeta que solo estaba cubierta por una pequeña manta.

El hombre levantó al bebé sin antes maldecir a la desnaturalizada madre. Aun tambaleándose el hombre siguió su camino aun murmurando pestes contra la infame que dejó a su pequeño crío en semejante situación. No había llegado ni al siguiente faro y empezó a tener la impresión de que el niño pesaba un poco más.

Avanzó 4 calles más y evidentemente se percató de que en chiquillo era más grande y más pesado, ya no podía con él, parecía que en lugar de niño llevaba un cerdito cargando, y se acercó a la luz del siguiente faro para ver bien al niño, levantó la manta y cuál fue su sorpresa al comprobar que efectivamente era un cerdo lo que llevaba cargando, el cual lo miró con los ojos encendidos, chasqueó los colmillos produciéndole el terror más profundo que se pueda sentir, lanzado al animal por los aires y exclamando un "Ave María Purísima" se echó a correr por las retorcidas calles empedradas, hasta la borrachera se le quitó.