Las leyendas en la Sierra Norte de
Puebla son innumerables. Algunas de ellas tienen que ver con hechos
sobrenaturales como el que a continuación les vamos a presentar. Se trata de un
relato que compartió un lugareño de Tlaxco, Puebla, quien pidió omitir su
nombre, aunque su versión coincide con el testimonio de otros serranos que
fueron testigos del hecho.
Era el año de 1967, en aquellos
tiempos no había luz eléctrica, por ende, sólo se alumbraban con lámparas de
pilas, de gasolina o quinqués. En los hogares, la diversión o distracción eran
los radios de transistores, ya que la televisión era un medio de comunicación
aún muy lejano. Por las noches, a la luz de las velas, los señores jugaban
baraja en la banqueta, mientras que las mujeres dejaban preparado el nixtamal
para molerlo al día siguiente. Por las madrugadas, sólo se escuchaba el sonido
de los grillos.
Sin embargo, en una ocasión, algo
extraño sucedió. Era como la una de la mañana, estaba medio nublado y los
perros ladraban mucho; de repente, se escuchó un llanto muy lastimero, era el
de una mujer que inconsolablemente lloraba.
Preocupadas, algunas personas se
levantaron a esa hora para ver qué pasaba, algunos se asomaban atrás de sus
casas para enterarse de donde procedía el lamento. Posteriormente, mucha gente
se concentró en el centro del pueblo y asombrados se preguntaban unos a otros
qué era lo que pasaba. El comentario era generalizado, "yo lo escuche en
el corral... yo por los tendales", decían con asombro, ya que pensaban que
algo grave había ocurrido a alguna señora.
El llanto fue prolongado y fue
escuchado en diferentes partes del pueblo. Al día siguiente, ese era el tema
principal; sin embargo, nunca se pudo establecer con certeza de dónde provenía
el lamento. Adultos mayores aseveraban que se trataba de la llorona. Una
historia que deriva de la época colonial en México y que en la Sierra, también,
la adoptaron. A raíz de ese hecho, surgieron más testimonios de apariciones de
mujeres vestidas de blanco, principalmente en casas antiguas de Tlaxco.