No es
malo tener dudas, no es malo no saber qué hacer, qué decisión tomar. El
problema sería tomar dichas decisiones a la ligera, sin importar el resultado.
¿Te imaginas el caos que eso crearía en tu vida?
No,
dudar está bien. Pensar las cosas mil veces antes de elegir, también. Todos
tenemos dudas, unos se las callan y otros las comparten, pero son las mismas dudas,
al fin y al cabo, y son dudas buenas, son las que nos hacen vivir la vida de la
forma en que lo hacemos, a lo loco y al mismo tiempo con nuestras propias
mediciones.
Puede
que un día dejes de dudar tanto… bueno, pues ese día te habrás perdido por
completo, habrás dejado de ser tú y deberías arrepentirte de ello, no de dudar,
por muchas horas de sueño que te quite, por muchos días de comerte la cabeza
que suponga. Así eres y así es como los demás te habremos de aceptar.
Y al
que no le guste… pues mira, algo que no te va a generar demasiadas dudas: al
que no le guste, puerta. La vida es demasiado corta como para que malgastes tus
dudas en alguien que no las merezca.
Duda de
todo, eso está bien, pero nunca dudes de tus dudas, son las que te han llevado
hasta dónde has llegado y, la verdad, ¿por qué cambiar algo que funciona?