Miguel viaja a uno de los lugares más
singulares del centro de México, El Oro, un pueblo de calles empedradas y olor
a pan recién horneado, cuyas hermosas construcciones de estilo europeo y
monumentos históricos muestran su rico pasado minero. Uno de esos palacios es
el Teatro Juárez, el único de estilo isabelino en todo México. Por otro lado, a
la orilla de las presas Brockman y Victoria se puede andar a caballo, mientras
se disfruta del aire puro y de los enormes pinos que viven aquí.