viernes, 17 de abril de 2009

SE COME LOS PROBLEMAS DEL JARDÍN


Una mujer no sabía cómo combatir los caracoles en su jardín. Hasta que se le ocurrió una idea gourmet.

Oriole Parker-Rhodes, una abuela galesa, sufrió una invasión de caracoles en su jardín. Desgraciadamente hacían peligrar sus hortalizas orgánicas. Dado que evita el uso de químicos no sabía cómo deshacerse efectivamente de los gasterópodos. Hasta que se le ocurrió empezar a comérselos.

Según explicó la mujer, en un restaurante valen una fortuna y te sirven seis caracoles por porción. Ella sirve doce en cada plato con ensalada, ajo, manteca y pan y agasaja así a parientes y amigos. "Son de una carne excelente: alta en proteínas y baja en grasas. Son mejores que un bife".

La mujer actualmente tiene un blog en el que comparte recetas con caracoles. No deje de visitarlo. http://eatinggardensnails.blogspot.com/

NO TE LAMENTES




No te lamentes más, deja ya de sabotearte con pensamientos negativos, con ideas limitadoras y creencias destructivas, eso no te ayuda en nada.
No te lamentes más, deja ya de sentir lastima por ti, de envidiar a los demás por lo que son o por lo que tienen, deja de pedir una vida mejor mientras sigues sentado haciendo las mismas cosas de siempre.
No te lamentes más, deja ya de echar la culpa a los demás, porque nadie mas que tu es responsable de lo que sientes ante lo que te sucede, lo que piensas ante lo que escuchas y lo que haces ante las adversidades.
No te lamentes más porque estas perdiendo el tiempo si esperas a que la suerte llame a tu puerta, las cosas no cambian solas.
No te lamentes más si tienes ojos para ver, oídos para escuchar, olfato para oler, manos para acariciar, boca para besar, piernas para caminar, pulmones para respirar, corazón para vivir y cerebro para pensar
No te lamentes más si tienes comida para alimentarte, un lugar donde dormir, una familia que te quiere, amigos que te apoyan y compañeros que te respetan.
No te lamentes más y decide levantarte y dar el primer paso hacia tu libertad.
No te lamentes más y decide responsabilizarte de lo que piensas, de lo que sientes y de lo que haces.
No te lamentes más y decide ser el dueño de tu vida.
No te lamentes más y decide vivir con pasión, con entusiasmo, con alegría, queriéndote mucho, confiando en ti, sintiendo que tu eres un ser único que ha sido bendecido con de lograr lo que desee.
No te lamentes más y toma las riendas de tu vida ahora mismo.
Autor: Cesar Gomez - http://www.cesar-gomez.com/

Por favor, reenvía este mensaje a todos tus contactos ya que con ello estarás ayudando a muchas personas que necesitan dejar de lamentarse y darse cuenta de todo el potencial que llevan en su interior.

UN ADELANTO AL CIELO.


Ocurrió durante un mes de voluntariado en las vacaciones de verano.
Cuando llegamos a Nairobi (Kenya) nos preguntábamos cómo nosotros, inexpertos universitarios, podríamos ayudar en aquella África sucia, polvorienta y calurosa. Quizá arreglando tejados…, pero no teníamos experiencia en construcción. Quizá pintando un colegio… pero no sabíamos de pintura. Lo que sí teníamos claro era nuestra intención de darnos totalmente a los demás. Sin embargo, recibiríamos mucho más de lo que logramos dar: tuvimos la suerte de entrar en contacto con el Tercer Mundo, a través de un alojamiento para niños moribundos de las Hermanas de la Caridad en Nairobi.

Todos entramos en aquella casucha, un tugurio sin muebles, con poca luz. Contrastaban las hamacas llenas de niños enfermos y lloriqueando con los limpísimos trajes talares blancos y azules de las Hermanas de la Caridad, que rebosaban alegría.

Yo me quedé bloqueado, en mitad de la habitación. Nunca había visto nada así. Mis compañeros universitarios se esparcieron por las estancias, siguiendo a distintas monjas, que requerían su asistencia.

Una hermana me preguntó en inglés:

-"¿Has venido a mirar o quieres ayudar?"

Sorprendido por tan directa pregunta y en estado de sopor, balbucié:

-"A ayudar…"

-"¿Ves a ese niño de allí, el del fondo que llora?"

Lloraba desconsoladamente, pero sin fuerza.

-"Sí, ése" - le dije señalándolo.

-"Bien: tómalo con cuidado y tráelo. Lo bautizamos ayer"

Lo noté con una fiebre altísima. El niño tendría un par de años.

-"Ahora tómalo y dale todo el amor que puedas…"

-"No entiendo…" - me excusé.

-"Que le des todo el cariño de que seas capaz, a tu manera…"

Y me dejó con el niño. Le canté, lo besé, lo arrullé… dejó de llorar, me sonrió, se durmió…

Al cabo de un rato busqué llorando a la hermana...

-"Hermana... no respira…"


La monja certificó su muerte:

-"Ha muerto en tus brazos… y tú le has adelantado quince minutos con tu cariño el amor que Dios le va a dar por toda la eternidad"

Entonces entendí tantas cosas: el cielo, el amor de mis padres, el amor de Jesús, los detalles de afecto de mis amigos…: mi viaje a Kenya supuso un antes y un después en mi vida.

Ahora sé que todos tenemos "Kenyas" a nuestro alrededor para dar amor cada día.

"Más bienaventurado es dar que recibir" (Hechos 20:35)