Busco
una mirada que me cambie la vida, unos ojos que me griten “te quiero” y que me
enseñen a ver las cosas de una forma diferente. Busco un abrazo hecho a mi
medida, una sonrisa que ilumine mis días y unos labios que cuando besen
detengan el tiempo.
Busco
una persona para compartir el camino, para compartir vida. Alguien capaz de
comprender que amar es demostrar y que con querer no basta. Alguien que lea en
mi rostro los sentimientos que me asedien el alma y que con una simple caricia
aleje todos mis fantasmas.
Busco
alguien que me quiera por lo que soy, que no intente cambiarme, que acepte
todas y cada una de mis manías y sea capaz de enamorarse de ellas. Alguien que
tenga claro que soy así y que, precisamente por eso, se enamore de mí.
No
busco a la persona perfecta, sino a aquella persona que sea capaz de hacer algo
perfecto de cada día, que me abrace cuando mi mirada sea esquiva porque sepa
que algo esconde, que me bese las dudas y que me deje claro que todo va a ir
bien, por negro que parezca el mañana.
Busco
amor, así sin más. Amor del bueno, amor de verdad. Busco alguien que me haga
volar con los pies en suelo y que me haga sentir sin decir, alguien que valore
lo que hago, que me apoye y me haga feliz.
Puede
que pida demasiado, puede que me quede corto. No lo sé. Solo quiero a alguien
que me ame de verdad, alguien capaz de demostrarlo, alguien en quien, por una
vez, poder confiar.