La tradición mexicana es la más
popular.
A nivel internacional se realizan
diferentes actividades en honor a los muertos.
El Día de Muertos es una festividad
que nos evoca países de América Latina, México es reconocido a nivel mundial
por esta celebración, pero Europa y Asia, también tienen actividades para
honrar a sus difuntos.
México el Día de Muertos fue declarado
por la UNESCO como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad, la celebración llena
de color y misticismo, distingue a los mexicanos y recuerda la mezcla entre
ritos sagrados y el catolicismo. Las familias acuden al panteón, limpian las
tumbas, adornan con papel picado y cempasúchil; levantan ofrendas con alimentos
tradicionales, calaveras de azúcar y acuden a velar toda la noche a sus
difuntos, en cementerios iluminados por cientos de velas y cirios con olor a
copal e incienso, en donde las almas descienden para convivir en el mundo
terrenal.
Guatemala inicia sus preparativos con
antelación en la creencia de que las almas de los difuntos saldrán de los
cementerios a manifestarse, elaboran altares con comida y agua, veladoras y fotografías
de sus muertos. Hacen ceremonias o misas en los panteones y vuelan barriletes
(papalotes) de papel de china y varitas de madera, porque alejan a los malos
espíritus.
El Salvador el Día de Muertos, es una
importante celebración para el pueblo salvadoreño, la gente se reúne en
familia, limpian las tumbas y acuden al cementerio para orar, llevar flores y
cantar las canciones favoritas del difunto; el día inicia temprano para
retirarse del camposanto a las cinco de la tarde.
Haití aunque con un arraigado credo
hacia el vudú, una buena parte de la población festeja el Día de Todas las
Almas al combinar rituales con tradiciones católicas romanas, en un acto lleno
de sensualidad, se pide permiso a los muertos antes de entrar al panteón;
encienden velas y deja pan, maíz, café y ron como ofrenda, adentro en el templo
universal, que alberga huesos de varios difuntos, piden por una vida mejor.
El Día de Muertos mexicano, fue
declarado por la Unesco como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad
En España, durante el Día de Todos los
Santos, los cementerios reciben la visita de los fieles que se encargan de
limpiar y decorar las tumbas de sus difuntos; según la localidad, pueden salir
por la noche a rezar al calor de una fogata o reunirse en familia, para recordar
a sus muertos; las castañas asadas, los buñuelos y el vino, no faltarán.
Escocia el festival de Samhain de
origen celta, marcaba el final de la recogida de la cosecha, de él se desprende
la palabra Hallow que significa "sagrado", y E "tarde o noche",
la costumbre del "truco o trato", así como los faroles hechos de
calabazas que conocemos, provienen de aquí.
India celebra el Mahalaya, rito
religioso donde se reza y se pide un año de paz a los espíritus pasados; se
cree que los difuntos acuden a las casas que habitaron en vida o de sus
familiares; escuchan mantras sagrados, rezan para ahuyentar a los demonios
cuando oscurece y algunos toman un baño en el río Ganga para pedir por sus
muertos.
China su Festival Ching Min de
resplandor puro, en donde se visitan las tumbas de familiares difuntos; usa
velas y quema de dinero, como símbolo de prosperidad; no se puede encender
fuego así que los alimentos que ofrecen son en frío, llevan frutas y golosinas,
y finalizan con un rezo familiar. En las puertas de sus hogares, para
protegerse de los malos espíritus, colocan ramas de sauce que simboliza el
triunfo de la luz sobre la oscuridad.
Tailandia el Phi Ta Khon es un
Festival con un desfile de máscaras y música, que dura tres días; los jóvenes
se disfrazan para personificar fantasmas y espíritus que asusten a los demás.
El primer día, se disfrazan de monstruos; el segundo, danzan y en el tercero,
se reúnen a escuchar el mensaje de Buda recitado por monjes.
Filipinas como su tercera fiesta más
importante del año, el Día de Todos los Santos es una fiesta llena de colorido
con un sentido de fiesta que deja de lado lo lúgubre; las familias acuden al
cementerio a limpiar, lo llenan de cirios, flores y pasan todo el día ahí,
previa provisión de comida y alcohol; las bromas no faltan y el silencio
habitual del lugar se llena de algarabía.