Al igual que ocurre si consumimos
poca, si tomamos demasiada fibra pero no bebemos suficiente agua podemos
padecer estreñimiento, por lo que hay que compensar el consumo de ambas.
¿Sabes si estás comiendo demasiada
fibra o la cantidad adecuada? ¿Cómo puedes saberlo? ¿Hay alguna diferencia?
Escuchamos bastante seguido que comer
fibra es indispensable para una buena salud, pero el exceso es dañino. Quizás
sientes molestias y no sabes el motivo.
No es raro creer que ciertas molestias
son síntoma de que necesitas más fibra en tu dieta. Aquí te dejamos los signos
de que estás comiendo demasiada fibra.
1. Gases e inflamación
Comer la cantidad adecuada de fibra
tiene varias ventajas. Dos de ellas son la eliminación de gases y la reducción
de la inflamación. Irónicamente, el exceso en su consumo te creará estas
molestias.
Si has cambiado tu régimen de
alimentación por uno más sano, puedes tener estos dos problemas en la primera
semana. Luego, deberían desaparecer de forma natural.
En caso de que el problema siga debes
analizar lo que estás comiendo. Asegúrate de que no estás consumiendo demasiada
fibra.
Tu cuerpo necesita moderación y
variedad en los alimentos que consume. Por eso, concentrarte en un solo grupo
es muy dañino. Evita caer en el error de creer que el exceso de fibra compensa
una mala alimentación.
Heces sueltas y diarrea
Otro de los signos de que estás
comiendo demasiada fibra es la presencia de heces sueltas y diarrea. Estos dos
síntomas aparecen porque la comida no permanece el tiempo suficiente en el
tracto digestivo.
Recuerda que los alimentos necesitan
un cierto proceso de descomposición en el estómago. A través de este logras:
Una correcta eliminación de toxinas,
al separar los nutrientes de aquello que tu cuerpo no necesita.
La correcta absorción de nutrientes.
Tu intestino necesita tomarse su tiempo para absorber cada nutriente que le
aportan los alimentos. Demasiada fibra hace que muchos de estos nutrientes se
pierdan en el proceso.
Tus comidas deben ser lo
suficientemente balanceadas. Esto implica que debes incluir proteínas, fibra y
carbohidratos. Cada alimento necesita su tiempo de digestión para ser utilizado
de forma correcta.
La función de la fibra es eliminar aquello
que no necesitas sin riesgos y sin molestias.
3. Estreñimiento
Puede ser difícil de creer, pero comer
demasiada fibra puede provocar estreñimiento. Esto se debe a que un exceso de
fibra en tu estómago puede tapar tu tracto digestivo.
Este problema es muy común cuando la
fibra no está acompañada de la suficiente cantidad de agua. Por eso siempre
verás la recomendación de tomar, al menos, dos litros de agua.
Esto no quiere decir que de un día
para el otro puedes duplicar tu ingesta de fibra si también lo haces con el
agua. En realidad, el consumo de ambos debe aumentar de forma gradual y siempre
eligiendo las opciones más naturales.
Procura que la fibra que consumas
provenga del pan integral, frutas o vegetales. El agua debe ser natural, sin
azúcares ni conservadores.
Una buena opción para obtener fibra y
agua al mismo tiempo es moler en la licuadora una rebanada pequeña de papaya
con un vaso de agua.
. Deshidratación
Antes dijimos que consumir demasiada
fibra y poca agua provoca estreñimiento. No obstante, incluso si este no
aparece pronto, puedes saber que hay un exceso cuando sientes deshidratación.
El motivo es que tu cuerpo necesita
agua para procesar la fibra. Si no se la das en la cantidad necesaria, tomará
las reservas que tenga. Cuando las agote, te sentirás muy sediento y tu piel se
verá reseca.
Una buena forma de saber si estás
sufriendo deshidratación es identificando si tienes sed constante. ¿Tomas un
vaso con agua y no desaparece la sensación de sed? ¿Estás tomando dos litros de
agua al día?
Estas dos preguntas te dan la clave y
lo mejor es que hagas caso a tu cuerpo. Si te pide agua, dale agua natural.
Evita refrescos que lo deshidratan por sus edulcorantes y otras bebidas
similares.
5. Aumento de peso
Ya sabemos que probablemente estás
comiendo demasiada fibra con la intención de perder peso. Sin embargo, si lo
haces de la forma incorrecta solo lograrás el efecto contrario.
Para que la fibra realmente te ayude a
eliminar esos kilos extra debe poder acelerar tu metabolismo. Esto solo pasa
cuando no hay excesos que provoquen estreñimiento.
Una mala estrategia es comer un gran
plato de cereal de caja rico en fibra antes de dormir. El motivo es que la
actividad física será nula durante la noche. Por lo tanto, tu tracto digestivo
no digerirá correctamente esa fibra.
En la mañana siguiente despertarás con
una sensación de hastío. En el peor de los casos, con dolor de estómago.
Si tu consumo de fibra actual es casi
nulo, ve poco a poco. La primera semana puedes consumir 10 gramos de fibra cada
día. La segunda semana puedes aumentar a 15 gramos cada día. Para la tercera
semana, 20 gramos será adecuado.
De esta forma tu cuerpo se adapta a la
fibra y logra trabajar con ella en beneficio de tu salud.
Evita comer demasiada fibra y elige la
correcta
Probar con los cereales comerciales es
la primera opción de quien busca aumentar su consumo de fibra. Sin embargo,
nosotros te recomendamos otras opciones.
El problema con los cereales
comerciales es que traen demasiados conservadores y edulcorantes. En cambio,
alimentos como el frijol, el brócoli, el pan integral y la papaya son fuentes
naturales de fibra.
Procura llevar una alimentación
balanceada y beber dos litros de agua al día. Con estas dos recomendaciones
verás que no hacen falta productos comerciales que prometen maravillas.
Lograrás tu peso saludable de forma
natural, fácil y práctica.