La circulación sanguínea es
fundamental para nuestra salud. Esta se encarga de que nuestros órganos,
músculos y huesos estén bien alimentados.
No obstante, cuando la sangre no fluye
como debiera, nuestro cuerpo empieza a resentirse.
Cuando el problema se agrava, pueden
surgir afecciones importantes, acompañadas incluso de accidentes
cardiovasculares, como infartos cerebrales y coronarios, úlceras o gangrenas.
La buena noticia es que no aparece de
repente, sino que se trata de un proceso gradual en el que se presentan una
serie de síntomas fáciles de detectar.
Sin embargo, mucha gente desconoce
cuáles son. Por otra parte, sucede que en la mayoría de las casos, se cree que
esos indicios son pequeñas idiosincrasias sin mayor alcance.
Dicho razonamiento no es del todo
correcto, habida cuenta de que si le prestas atención, conseguirás mejorar esa
mala circulación sanguínea e impedir que las dificultadas citadas malogren tu
salud.
Así pues, te mostraremos cuáles son
los síntomas más habituales para ayudarte a observarte, ¿nos sigues?
Señales de una mala circulación
sanguínea
1. Hormigueo en las extremidades
Este hormigueo es más habitual cuando
pasamos un tiempo considerable en la misma postura.
Es común que se presente en las
piernas, pero con el incremento del uso del teléfono móvil, cada día es más
usual en brazos y manos.
El movimiento estimula el flujo, por
lo que el estatismo la obstaculiza.
En consecuencia, las personas que
adolecen de mala circulación sanguínea, se topan con hormigueos y malestar en
estas situaciones.
Para evitar que esto suceda, lo ideal
es caminar todos los días, al menos, durante media hora. Este sencillo
ejercicio permite que los músculos se activen y le daremos más dinamismo a
nuestro flujo sanguíneo.
Piernas hinchadas
Las piernas se hinchan porque el
cuerpo intenta alcanzar el equilibrio, ya que percibe que no tiene suficiente
sangre en la zona.
Así, trata de compensar la falta con
la retención de líquidos allí donde se produce.
Este fenómeno es tan intenso que
dichas extremidades se inflaman hasta el punto de sentir dolor, entumecimiento
e incluso pueden llegar a amoratarse. No dudes en consultar el médico si
percibes esta complicación.
Mientras tanto, trata de beber mucha
agua para propiciar la eliminación de los mismos, así como descansar con los
pies en alto para aprovechar la fuerza de la gravedad.
Gracias a ella, la sangre se
distribuirá mejor por las áreas que no tienen la suficiente.
Fatiga
Como decíamos, la sangre proporciona
el sustento de todo nuestro organismo, lo que se traduce en energía.
Esto significa que en el instante en
que no llega a donde tiene que llegar, los elementos con déficit tienen que
hacer un esfuerzo extra, por lo que se cansan antes de lo debido.
En este sentido, cuando uno se fatiga,
requiere que otro le ayude, por lo que trabaja también en exceso.
El resultado, es un estado de fatiga
generalizada que nos impide desenvolvernos con la agilidad y el ímpetu que nos
gustaría.
En este caso, aparte de visitar al
doctor, podemos incluir complementos energéticos a tu dieta.
Lo ideal es empezar la mañana con un
buen batido energético. Existen muchas posibilidades, todas muy sabrosas.
Pérdida de cabello
No pienses que la alopecia es un
problema solo de hombres. Aunque es cierto que es más frecuente en ellos,
cuando se sufre mala circulación sanguínea cualquiera puede padecerlo.
Para que el pelo esté fuerte, también
necesita nutrientes. En consecuencia, el cabello resulta perjudicado en este
caso.
Además de caerse, se reseca y se
parte. Para paliarlo, te aconsejamos que uses mascarillas naturales: son muy
eficaces, económicas y mucho más saludables que las que incluye sustancias
artificiales.
Además, sería estupendo que tomaras algunas
algunas infusiones que pueden ayudarte a mejorar la circulación sin mucho
esfuerzo.
Estas son las principales señales de
que estás padeciendo este problema. No obstante, a pesar de las alternativas
que se han propuesto, siempre sugerimos que, cuando los percibas, visites al
doctor.
Este te informará en qué estado te
encuentras, lo cual es imprescindible para superar cualquier dificultad.
No olvides que se trata de un fenómeno
trascendental en tu salud, así que permanece atento.