En ocasiones parece que no alcanzamos
a cubrir las cuentas, quizá el dinero que tenemos al momento no es suficiente
para solventar una necesidad, un gasto inesperado o –por qué no– un capricho.
Entonces pensamos que la respuesta es solicitar un crédito, pero antes de que
lo hagas, aquí te decimos algunos puntos que quizá convendría tener en cuenta.
Lo primero es plantearnos si realmente
es necesario pedir un crédito. ¿De verdad precisamos ese dinero en este
momento? ¿Tenemos claro para qué lo vamos a utilizar? ¿No existen alternativas?
Es necesario tener mucha claridad sobre lo que estamos buscando respecto al
crédito, pues si bien puede ser una buena herramienta para ayudarnos a lograr
nuestros objetivos financieros, también puede convertirse en una carga y
resultar más perjudicial.
Es necesario tener en cuenta cuál es
nuestra capacidad de pago de tal forma que no afecte a nuestras finanzas. Por
eso resulta importante hacer un comparativo entre las diversas opciones que se
nos presentan y prestar mucha atención a las tasas de interés para encontrar la
mejor alternativa para nosotros. Tómate el tiempo necesario para decidir. Haz
todas las preguntas que sean necesarias y no firmes nada hasta que estés seguro
de saber qué es lo que estás firmando.
Si ya estás convencido de solicitar el
crédito, Alejandro del Bosque –director de Depósitos de Scotiabank y
Coordinador de Educación Financiera de la ABM– señala algunos puntos que
podrían ser determinantes en la aprobación de un crédito:
Ten una tarjeta de crédito. Esto te
ayudará a construir tu historial crediticio. Puedes solicitar una al banco e
incluso destinarla específicamente para compras en línea, por ejemplo.
Observa tus gastos hormiga –propinas,
compras impulsivas, el café de todos los días, etc.– y te sorprenderá cuanto
puedes juntar si lo destinas a tus ahorros.
Planifica un presupuesto. Hazlo de
acuerdo a tus gastos para que no te descapitalice el pago mensual de tu
crédito.
Consolida tus ingresos. Si tu plan es
un crédito hipotecario con tu pareja, lo mejor es que junten sus ingresos para
alcanzar un monto mayor de crédito.
Apóyate en herramientas que te hagan
la vida más fácil. Existen servicios financieros sin costo que de forma
periódica, separan una cantidad de tu cuenta transaccional o de nómina y lo
destinan a algún instrumento de ahorro o inversión de manera automática y
sencilla.
Paga de manera oportuna. Esto evita la
generación de intereses. Contrata un crédito que no supere tu capacidad de
pago, ya que el incumplimiento genera comisiones que pueden afectar tu
historial crediticio.