Miguel emprende el viaje hacia el
centro de México, sobre las montañas de Michoacán, en Tlalpujahua, un pueblo
minero testigo de legendarias batallas, de riquezas incomparables y de ricos
sabores que impregnan el aire de sus plazas y de sus calles empedradas. Por su
belleza arquitectónica, este lugar es considerado un Pueblo mágico.