miércoles, 22 de septiembre de 2010

EL LADRÓN SE DURMIÓ EN EL SOFÁ



Un ladrón fue arrestado luego de haberse quedado dormido en el sofá de la víctima.

La policía del estado de Penang, Malasia, informó que arrestaron a un malviviente que, luego de forzar la entrada a un domicilio particular, se apoderó de varios relojes y joyas. Atraparlo no fue muy complicado gracias a que después de hacerse con su botín el ladrón se recostó en el sofá y se quedó dormido.

Los propietarios llegaron a su casa para encontrarse al ratero tomando una siesta junto con los bienes sustraídos, de un valor aproximado a los tres mil dólares. Así que llamaron a la policía.

Si bien el hombre de 42 años se despertó antes de que llegaran lo hallaron en las cercanías de la vivienda.

ASÍ COMO ES SU PENSAMIENTO EN SU CORAZÓN... ASÍ ES ÉL


Imagine cómo se tiene que defender el sistema inmunológico ante el ataque constante al que se ve sometido. Si le parece que la bacteria asesina, la enfermedad del legionario y las gripes malignas son perniciosas, le sorprenderá enterarse de que las investigaciones médicas y científicas han concluido que el enemigo más temido para el organismo no son los microbios... sino los pensamientos y las palabras de cada día. Es más: hay un nutriente de efectos terapéuticos más eficaz que las vitaminas, los minerales, las enzimas, los jugos naturales y las hierbas medicinales: El AMOR.

El cerebro trabaja constantemente, todos los días del año y a toda hora, no cierra por fiesta ni se toma vacaciones, es la computadora que dirige el organismo, y regula prácticamente cada una de las funciones del metabolismo y su equilibrio químico. Desde el sistema nervioso hasta la actividad sexual pasando por miles de actividades más de las que el lector no tiene ni idea, el cerebro es el que manda, y está constantemente creando, guiando, regulando, equilibrando y manteniendo todo el organismo a cada momento del día.

La ciencia ha descubierto que cuando se tiene un pensamiento el cerebro produce sustancias que abren lo que se podría llamar una ventana. Cuando el pensamiento concluye, la ventana se cierra. Por ejemplo, cuando ve a la persona de sus sueños y siente amor, esa sensación increíble que le recorre el cuerpo no es otra cosa que una sustancia química. Cuando se excita sexualmente se debe a que el cuerpo ha liberado otra sustancia química, y cuando ese desgraciado se le cruza de pronto con el auto sin esperar, y en ese momento al lector le gustaría tener consigo un rayo láser en el volante para desintegrar a ese sujeto, esa ira que siente, ese ácido corrosivo que aparece en el sistema circulatorio o el estómago, esa sensación, es otra sustancia segregada por el cerebro. Esas sustancias segregadas por el cerebro se llaman neuropéptidos. La biología lleva años realizando investigaciones en este campo.

Lo que sabemos hasta ahora es que cuando se tiene un pensamiento, el cerebro produce sustancias que afectan a la persona, y lo que ésta siente es la producción y asimilación de esos neuropéptidos. Y es aquí donde se pone inquietante la cosa: La ciencia médica hizo un descubrimiento trascendental en la última década que ha pasado prácticamente inadvertido. Ya sabía que las células del sistema inmunológico, como todas las demás, tienen estaciones de descarga en su membrana para asimilar diversas sustancias. Lo que se descubrió fue que en la membrana de cada uno de los linfocitos que defienden el cuerpo de bacterias, virus, hongos, parásitos y cáncer -de hecho, de toda enfermedad- hay un punto concreto de carga que recibe los neuropéptidos.

¿Le importa al sistema inmune lo que se piensa, por qué da importancia a los pensamientos? ¿Es que no tiene suficiente con tantos microbios como hay presentes en el ambiente y la proliferación exponencial del cáncer? ¿Le es indispensable entrometerse en nuestra vida y monitorear las conversaciones privadas que sostenemos con nosotros mismos?

Eso no es todo. Ya hemos visto que el sistema inmunológico se pasa el tiempo escuchando nuestros monólogos interiores mientras que ninguna célula ni órgano ni ningún otro aparato del organismo monitorea a otro si no está preparado para responder a la información que obtiene.

El sistema inmune no solo escucha, sino que reacciona al diálogo emocional.

Es esto lo que afirma la ciencia médica: que las células que defienden el organismo tienen puntos concretos de recepción de neuropéptidos, las sustancias que produce el cerebro con cada pensamiento. Y que la respuesta de esas células a los gérmenes patógenos varía dependiendo de que se fortalezca, se debilite o deje de funcionar totalmente a causa de esas sustancias.

Richard Schulze


Por lo tanto nuestros pensamientos afectan a nuestro sistema integral de salud y bienestar. Creer en una vida mejor es comenzar a construir una etapa mas armónica. No deseches estos pensamientos que han sido puestos aquí para ayudarte a pensar mejor.

Miguel Angel Arcel