lunes, 6 de enero de 2020

¡HAY QUE TENER UN AMANTE!




Polvo serás, pero polvo enamorado”
 F. de Quevedo y Villegas

 Mi querido viejo: se acaba el año, un año más en el que seguramente viviste momentos muy gratos, encuentros amables, situaciones alegres y experiencias satisfactorias, aunque también, como todo, probablemente tuviste momentos tristes o vivencias negativas.

Y es que así es la vida, un mosaico interminable de experiencias y vivencias que forman al cabo del tiempo una especie de pintura mural en la que está plasmada toda tu vida.

Afortunadamente, te puedo decir que, de acuerdo con los mensajes y comentarios que recibo de mis queridos viejos que me contactan, la mayor parte de ellos hablan en forma positiva, me comparten sus experiencias en viajes, nuevos descubrimientos, nuevas amistades, etcétera, y eso me da mucho gusto.

Aunque también hay quienes, a pesar de todo, están tristes y deprimidos y se sienten enfermos, al borde de un colapso total.

Y eso me recuerda un relato que no dudo en compartirlo contigo: llegó al consultorio de un gran médico un individuo con paso macilento, cara angustiada, y llevaba un gran sobre que le entregó al galeno diciendo: —doctor, aquí traigo todos los estudios, de sangre, de orina, electrocardiograma, radiografías, análisis etcétera, que según pude leer, están todos normales, yo tomo vitaminas y tónicos, pero me siento fatal, creo que pronto moriré, porque me paso las noches pensando que es el fin de mi vida, ¿qué debo hacer?, ¿necesito un antidepresivo?

El médico que era muy sabio, revisó los estudios, le hizo algunas preguntas sobre su vida y sus actividades, y con toda serenidad le dijo al paciente:

—Ciertamente, amigo, los estudios confirman que, físicamente, está bien, pero no necesita un antidepresivo, necesita un amante.

— ¡Cómo puede usted decirme esto, doctor!, ¡cómo es posible que un médico famoso salga con una sugerencia tan poco científica!

— Escúcheme bien, —dijo el médico— amante es “lo que nos apasiona”, lo que ocupa nuestros pensamientos antes de quedarnos dormidos y a veces no nos deja dormir, amante es lo que nos ayuda a esperar el mañana o el tiempo necesario para el reencuentro con el amado, lo que nos vuelve distraídos frente a lo que nos rodea, lo que nos permite saber y disfrutar nuestra secreta intimidad, lo que le da a nuestra vida motivación y sentido.

— Un amante —continuó el doctor— lo encontramos a veces en nuestra pareja o en otros casos en alguien que no es nuestra pareja, pero podemos encontrarlo en la investigación científica, o en la literatura, la música, la política, el deporte, el trabajo, la necesidad de trascender espiritualmente, la solidaridad con el prójimo, el hábito de viajar, el teatro, la pintura, la buena mesa, el estudio, o el insólito placer de coleccionar estampillas; en resumen, amigo, “amante” es alguien o algo que nos apasiona y nos pone de novios con la vida.

El paciente quedó en silencio unos segundos, y dijo: creo que tiene usted razón, doctor, porque mientras me hablaba me di cuenta de las muchas cosas que tengo que hacer, y que pospuse sin saber por qué, y algunas me apasionan, verdaderamente.

Así es, querido viejo: recuerda cuando eras niño, jugar a las canicas, al trompo, al balero, te apasionaba y no lo dejabas sino hasta muy noche, y cuando tuviste tu bicicleta corrías por horas, y lo mismo sucedió cuando creciste, cuando te enamoraste, cuando hiciste lo imposible para tener una casa o terminar una carrera profesional; la pasión fue el motor de todo lo que has sido y has hecho; hoy, en el atardecer de la vida, encuentra esa pasión que te permitirá seguir adelante las 24 horas de cada día.

Y a todos mis amigos lectores, les deseo que el 2019 sea ¡supercalifragilísticoespialidoso!

 Médico y escritor                                                                                                   

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