Un grupo de hombres y mujeres
decidieron abandonar sus vidas en la tierra, para una llevar una existencia
marina permanente como sirenas y formaron una comunidad.
Con cada vez más seguidores de redes
sociales, el grupo decidió hacer algo más que llevar una vida en el océano, e
incluso decidieron usar colas de pescado de silicona para atravesar las aguas.
Caitlin, también conocida como la
Sirena Cyanea, renunció a su trabajo en 2015 para concentrarse en ser una
sirena a tiempo completa. Graduada en biología, utiliza su identidad para
promover su pasión por la conservación de los océanos, y sus conocimientos
añaden detalles realistas a su personaje de sirena.
La joven de 32 años pasa su tiempo
nadando en lagos y publicando vídeos y fotos para sus seguidores online.
También tiene un taller de artesanía donde confecciona las colas de sirena de
silicona hechas a mano.
Caitlin se identifica tanto con ser
una sirena que lleva una prótesis con relucientes escamas. “Siento que mi cola
es una parte de mí”, dijo. “A veces digo en broma que me pongo una prótesis
porque he nacido con un defecto congénito terrible: mis piernas”, bromea la
sirena.
Hay una creciente comunidad de sirenas
en Seattle. Sus amigos Ed Brown, Tessie LaMourea y Morgan Caldwell también se
identifican como parte-peces-parte-humanos. El grupo de sirenas con frecuencia
nadan juntas y se unen en sesiones de fotos temáticas.