miércoles, 18 de febrero de 2009

HABLAR O CALLAR





Cuando la Western Union le pidió a Thomas Edison que "mencionara un precio" por el teletipo que había inventado, él le pidió varios días para pensarlo. Su esposa le sugirió $20,000, pero él pensó que esa cantidad era exorbitante.

A la hora acordada fue a la reunión todavía no muy seguro de la cantidad que iba a pedir cuando el oficial le preguntó:
"¿Cuánto?"
Él trató de decir $20,000, pero las palabras no le salían de la boca. Finalmente el oficial rompió el silencio y le preguntó:
"Bien, ¿qué le parece $100,000?"

¡A menudo el silencio le permite a otros decir algo mejor, de lo que hubiéramos dicho nosotros mismos!

Al quedarnos callados otros se interesan más por nuestros pensamientos; entonces cuando tenemos una audiencia interesada, nuestras palabras tienen mejor impacto.

La Biblia nos dice que aun el necio, cuando calla, es contado por sabio (Proverbios 17:28).
En ese sentido, el silencio puede evitar que nos veamos en una situación embarazosa.

¡La gente puede pensar que somos más inteligentes de lo que realmente somos!

Cuando se sienta movido a expresar una opinión, mida el impacto de sus palabras y mantenga esto presente:
"Entre menos diga, mejor".

¡No podemos buscarnos problemas por lo que no hemos dicho!
Como Edison, nosotros podemos beneficiarnos de nuestro silencio.

A menudo me arrepiento de lo que dije; nunca, de haberme callado.

1 comentario:

Katy dijo...

jajajajaja. Es cierto "Por la boca muere el pez" Y es cierte a veces es mejor morderse la lengua. Muy buena reflexión. Un beso