sábado, 20 de junio de 2009

TATUAJES HORRENDOS: REPUGNANTES Y ETERNOS




Hay tatuajes mejores y tatuajes peores. Si Ud. es un padre tratando de evitar que su hijo se tatúe, esta página le llegó en el momento justo.

Empecemos simplemente con un tatuaje feo. Es feo. Está mal hecho. No hay forma de ponerle buena voluntad. Punto. El que lo hizo es un irresponsable y el que permitió que usaran su cuerpo para ese garabato es un idiota.

Hay otros que o bien son una falta de respeto a la piel o conllevan un significado cósmico que uno no logra descifrar.

Imagínese por un segundo que Ud. quiere parecer más peligroso para impresionar a chicas que no recibieron suficientes nutrientes durante su infancia. Decide entonces tatuarse un animal feroz. Digamos un puma. Y le hacen esto. Es para ponerse triste. Más triste que el puma. ¿Qué le pasa a ese puma? ¿Por qué está triste? ¿Eh?

Pero por supuesto también hay gente que quiere dejar constancia en su piel de su sorprendente creatividad. Alguien por ejemplo que dice "quiero tatuarme un pito. Un pito que tenga culito y que del culito le salga otro pito. Y así sucesivamente ¿Se entenderá la idea?

Merece un capítulo aparte un tatuaje que combina el dibujo con un particular rasgo físico del poseedor. Más que un rasgo, por qué no decirlo, es un defecto. Y, como dice el refrán: si la vida te da limones, hazte una limonada.

Estas desgracias junto a otras peores -que no nos atrevemos a mostrar por miedo a ofender estómagos delicados






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