No aceleres el poner del sol, él tiene su tiempo de anunciar la noche hasta su último rayo de luz.
No aceleres tu alegría, ella tiene su tiempo de aprender con tu tristeza.
No aceleres a tu silencio, él tiene su tiempo de paz después que los ruidos paren.
No aceleres tu amor, él tiene su tiempo de sembrar en la tierra árida de tu corazón
No aceleres tu rabia, ella tiene su tiempo para expandirse en las aguas calmas de tu conciencia.
No aceleres al otro, pues él tiene su tiempo para florecer a los ojos del Creador.
No te aceleres ti mismo, pues necesitas de tiempo para sentir tu propio crecimiento.
Autor desconocido
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