Inspirados por una fábrica de cerveza
en Oregón, que utilizó la levadura cosechada de la barba de un hombre, una
empresa australiana está lanzando su propio extraño brebaje preparado
utilizando la pelusa del ombligo de sus empleados. En 7 Cent Brewery está todo
preparado para revelar su bebida única en el estival de la cerveza 2016 Gran
Australasian SpecTAPular (GABS) este mes.
“Estamos muy interesados en ver si la
idea de beber algo que se originó en el ombligo de un fabricante de cerveza es
demasiado, incluso para los frikis más fanáticos de la cerveza,” contaron en el
blog de la empresa. “Algunos dicen ¿por qué? Y nosotros decimos ¿por qué no?”
Para aislar la cepa de la levadura,
los co-fundadores Doug Bremner, Brendan Baker, y Matthew Boustead limpiaron sus
propios ombligos y expusieron las muestras recogidas sobre placas de agar.
Dejaron que las placas se incubaran, y luego “encontraron todo tipo de cosas
interesantes en crecimiento, incluyendo lo que parecían ser colonias de
levadura.” Bremner dijo que las cepas de levadura se pusieron a prueba para
asegurarse de que eran estériles. Así que la bebida puede sonar desagradable,
pero es completamente segura para el consumo.
¿Qué pasa con el sabor? Pues bien, uno
podría esperar que fuera salado, pero, sorprendentemente, Bremner dice que
“exhibe cualidades de cerveza belga con características clave como sabor
picante, clavo de olor, y plátano.” Le añadieron cáscara de naranja y semillas
de cilantro para complementar la levadura, junto con una “cantidad calculada de
Riwaka y lúpulo Mosaic” para “aumentar las cualidades de los cítricos y darle
un toque refrescante.” La cebada, el trigo, la avena y el centeno se utilizaron
para el cuerpo y la complejidad.
Pero esta no es la primera vez que
Bemmer, Baker, y Boustead intentan algo inusual. En el pasado experimentaron
con almeja negra Gose, una cerveza amarga de estilo alemán con almejas que
proporciona un sabor salado. Si la Beer Belly Button consigue una buena
respuesta, planean lanzarla en los bares de Melbourne.
Para aquellos que pudieran encontrar
sus creaciones repulsivas, sólo tienen esto para decir: “Una vez que se
acostumbren a la idea de que la levadura es levadura, sin importar de dónde
viene, y que el agua que bebemos es en verdad orina de dinosaurios reciclada,
entonces podrán simplemente sentarse y disfrutar de la cerveza… en teoría”.
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