De niños, hasta una cabaña vieja y
sucia se convertía en casa de juegos soñada. Pero en estos días los niños
utilizan lujosas casitas que cuestan tanto como hogares de tamaño real.
El diseñador de interiores Michelle
Pollak creó para la marca ‘La Petite Maison’ lo que él llama “las play houses
más lujosas del mundo”. Las estructuras se construyen utilizando estilos de
arquitectura de todo el mundo, incluyendo una casa estilo Tudor, una casa de
juegos Mediterránea, una villa de San Diego, una casa/salón tipo Tom Sawyer, y
muchas más.
La mayoría de estas casas tienen dos
pisos, y sus interiores están decorados con muebles hechos a medida que se
vería muy bien en cualquier casa de tamaño normal. La electricidad y el agua
están incluidas, y el aire acondicionado y la calefacción tienen un costo
extra.
Por supuesto, estas casas de juegos
exclusivas te costarán un brazo y una pierna. O las ganancias de una hora,
dependiendo de cuan rico seas. Un modelo de casa de juegos básica tiene un
precio de 9.000 dólares, pero el costo puede ascender hasta la friolera de
75.000 dependiendo de qué características adicionales tenga.
Pero eso no es nada en comparación con
lo que Kim Kardashian y Kanye West están gastando en la casa de juegos que
encargaron para su hija de dos años. Será una mansión de 146.000 dólares completa
con vestidor, cocina, un loft, un rincón de lectura y una sala de estar con
chimenea funcional.
Alan Mower, oriundo de Denver y dueño
de ‘La Petite Maison’, tuvo la idea para el negocio cuando estaba construyendo
una casa de juegos para su hija de tres años. “Estaba trabajando en el negocio
de la construcción comercial, pero a su vez estaba construyendo una casa Wendy
para mi hija al lado”, dijo. “Quería crear algo realmente elaborado para sus
Barbies.” Terminó construyendo una mansión de lujo de tamaño infantil para
ella, y luego pensó en hacer lo mismo para los niños de otras personas también.
“Alan construye cada casa para crear
exactamente lo que quieres”, reza la página web de la compañía. “A fin de
garantizar el carácter distintivo de sus diseños, Alan firma cada una de sus
casas y agrega una sorpresa extra para los niños. Cada casa de juegos es una
obra de arte, una pieza creada a medida y exquisitamente detallada. Nada se
construye en una fábrica o en serie. Debido a esto, podemos aceptar solamente
un número limitado de clientes cada año”
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