‘La Señora verde de los jardines de
Carroll’, como es más conocida Elizabeth, ha tenido siempre un gusto por la
experimentación. En un momento en su vida sólo llevaba vestidos estampados de
1930, antes de pasar a un solo color, como el plateado, rosa, morado, azul y,
finalmente, verde, del que sorprendente nunca se aburrió.
Hoy en día Elizabeth lleva el pelo
color verde, un atuendo compuesto por diferentes tonos de verde, y la mayoría
de las cosas que compra, desde toallas y productos para el cuidado de la piel,
hasta muebles y electrodomésticos, también son de color verde.
“Nunca planeé que suceda nada de
esto,” dijo Elizabeth. “No es una obsesión. Sucedió en forma natural. Siempre
he usado el color, el color pleno. Tal vez fue porque crecí en Nueva Escocia, y
después de mudarme a Nueva York, echaba de menos tener verde todo a mi
alrededor”. Todo lo que sabe es que el verde la hace feliz, y la ayuda a lidiar
con los problemas diarios, por lo que no se le ocurriría de prendas de
cualquier otro color.
“Es el color más positivo en todo el
mundo”, dice Elizabeth. “Me hace sentir feliz. Puedo despertar realmente
miserable en la mañana, y luego vestirme de verde y todo se vuelve
maravilloso”. Pero eso no es su única motivación para vestirse de verde
exclusivamente. La artista de 75 años de edad, también lo hace porque hace
feliz a la gente. “Es para otras personas”, dijo. “Me gusta hacer feliz a la
gente. Y a los niños. Realmente no era una persona extrovertida. Pero ahora
digo hola a cualquier persona que me habla, y me encanta. A los niños pequeños
les encanta”.
Pero encontrar todo lo que queréis llevar en un solo color no puede ser muy fácil, especialmente cuando lo has
estado haciendo durante 20 años. La señora verde alimento su armario en tiendas
como GapKids, The Children’s Place y Old Navy, pero incluso si no encuentra lo
que está buscando en verde, siempre puede teñirlo. Elizabeth “hierve” una olla
de tinte verde todas las mañanas, para teñir sus cabellos y todas sus prendas.
Todo lo que lleva, desde su ropa interior y calcetines para la ropa en su
espalda y las pinzas de pelo de la mariposa tiene que ser de color verde.
La casa de Isabel es, como no podía
ser de otra manera, casi toda verde, desde la puerta de entrada al patio de su
casa, y por todas partes. Sus ropas de cama, las cortinas de las ventanas,
sillas, e incluso cosas como ollas, sartenes, y productos de higiene, todos son
de color verde. “No puedo ni dormir a menos que esté todo verde,” confesó la
Dama Verde.
Cuando se le preguntó si alguna vez se
cansaba del verde, Elizabeth dijo “Oh no, nunca. Se pone cada día mejor”.
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