A día de hoy la ansiedad es uno de los
problemas más comunes en todo el mundo y muchas personas suelen sufrirlo.
Algunas la experimentan en estados más
avanzados que otras debido al ritmo de vida que se encuentran sometidas.
A pesar de ser un padecimiento
psicológico, no todos los individuos se encuentran diagnosticados.
No obstante, tampoco es necesario
visitar a un especialista para saber que se está en un estado de ansiedad.
¿Qué es la ansiedad?
Ante este padecimiento de
características globales muchos se hacen dicha pregunta, con el fin de
esclarecer las dudas con respecto al mismo.
La persona que padece ansiedad se
percibe de forma hiperactiva o inquieta. En la mayoría de las ocasiones esta
intranquilidad no puede controlarse, por lo que llega a ser confuso.
La sensación que más impera en este
orden de ideas es negativa. Las personas con ansiedad siempre esperan que
ocurran eventos malos, bien sea a ellos mismos o a las personas que los rodean.
En la mayoría de los casos la persona
es consciente de la existencia del problema, pero no de su origen, por lo que
se le vuelve complejo controlarlo.
Tipos de ansiedad
La comunidad médica afirma que, cuanto
más sepamos sobre los padecimientos sufridos, más sencillo se hace
contrarrestar su cuadro sintomatológico.
En ese orden de ideas, vamos a
profundizar en algunos aspectos de los diferentes tipos de ansiedad.
Ansiedad estado
Este tipo de ansiedad puede estar
ocasionada por diversos acontecimientos. Una vez ocurren, la persona reacciona
de manera ansiosa.
Ante la ausencia de proceso y
acompañamiento psicológico, puede resultar como una sorpresa no muy grata.
Ansiedad rasgo
Por su parte, la ansiedad rasgo hace
referencia a una persona que la padece desde temprana edad, y en la mayoría de
los casos se presenta en la niñez.
Una característica de los afectados
por este problema es la reactividad. Ante cualquier situación se alteran y
entran en dicho estado de intranquilidad.
Formas de combatir la ansiedad
A pesar de ser un problema complejo
para el ser humano, no es necesario, en todos los episodios, recurrir a control
médico.
Por fortuna, en este caso existen
diversas formas de tratarlo y combatirlo.
En ese orden de ideas recomendamos
acatar los siguientes consejos.
1. Aceptar la ansiedad
Como cualquier otro tipo de problema
presente en la vida, el primer paso para solucionarlo es aceptar su existencia,
sus causas y todos los efectos que puede provocar en uno mismo.
Con respecto a la ansiedad, cuanto más
se niegue, más daño puede llegar a provocar.
Así, ante un episodio de ella, lo
mejor es saber que está allí y no categorizarla como algo malo, ya que, esto
puede generar más preocupación de la que hay.
2. Detectar pensamientos irreales
El primer paso ya está dado, aceptar
la ansiedad en la vida contribuye de forma amplia en controlarla.
La idea ahora es ser conscientes de
que esta provoca un sinfín de pensamientos dañinos en la mente.
La mayoría de estos suelen ser
relacionados con episodios irreales e ilógicos. Por eso surge la necesidad de
identificarlos y separarlos de las preocupaciones con sentido.
Para conseguirlo, basta con plantearse
una serie de preguntas básicas, sencillas y simples. Aunque la ayuda de otras
personas puede ayudar, se recomienda realizar este ejercicio solo y mentalmente.
3. Mitigar las preocupaciones
Algo está claro en la vida. Cuanto más
avanza el tiempo, más se incrementan los deberes, las obligaciones y
responsabilidades. Todo esto, sin lugar a dudas, hace mella de manera negativa
en el pensamiento.
Es más, cualquier persona puede verse
ansiosa ante la acumulación de actividades.
No obstante, y teniendo en cuenta que
la ansiedad que se encuentra latente en la cabeza, es necesario analizar con
detenimiento qué deberes, responsabilidades y obligaciones son más importantes.
Una vez hecho dicho reconocimiento,
plantéate dejar aquellas actividades que no aportan en lo absoluto y que, a la
larga, solo incrementan la ansiedad.
4. Regalarse tiempo
La rutina de una persona sin ansiedad
tiende a ser bastante ocupada. Ahora bien, la de la quien padece este problema
lo es mucho más.
Y es que, además de cumplir con sus
deberes normales, debe atender y mitigar los pensamientos irreales.
Sin embargo, por muy pesado que
resulte el día, siempre se debe sacar tiempo para uno mismo. Esto se torna
especialmente importante si es para realizar actividades que involucren la
relajación y la tranquilidad.
Existen alternativas más simples que
otras, no obstante, todas pueden aportar su granito de arena.
Anímate a:
Ver una película.
Practicar técnicas de relajación o
respiración en casa.
Practicar yoga o Pilates.
Participar en un grupo de baile para
principiantes.
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