Veamos en cada problema una oportunidad, detrás de un mal siempre habrá un bien mayor. Nunca desperdicies tu energía en la queja, deja que tu mente se enfoque en lo positivo y trascendente. Lo que tu mente es capaz de creer se puede crear.
Las leyes del Universo están a tu favor, son como el genio de los deseos, están esperando a que tú hagas tu pedido para llenarte de abundancia, de riquezas, salud, amor y felicidad.
Tu riqueza personal está en tu interior, en lo que diariamente estás almacenando en tu mente, no permitas llenarte de la basura de la televisión ni de los periódicos amarillistas, almacena lo que te da valor y te llena de motivación y positivismo. Graba en tu mente mensajes como si fueran una canción que repites a cada momento diciendo: "Me siento joven, fuerte, sano y feliz", "Amo a la vida y a la naturaleza; amo a Dios, a mi familia y a mis amigos; amo a mi trabajo y sobre todo amo a mis sueños y anhelos". Que al pensar o hablar de alguien sea de manera positiva (aunque en la realidad no lo sea), tu mundo se convertirá como tu piensas que es.
Te invito a disfrutar todo este material, y si lo deseas también lo puedes compartir.
Recibe muchos saludos y un fuerte abrazo.
Principios para la tolerancia
La mayor fuerza de la humanidad no consiste en armas de fuego, puños, ni en un poderío militar, sino en la capacidad de tolerancia. Todo tipo de fuerza debe inclinarse delante de quien tolera.
Hay cuatro principios para la tolerancia:
No responder a las blasfemias.
Cuando somos insultados, provocados, o acusados injustamente, debemos responder con el silencio. Si respondemos de la misma forma cuando somos víctimas de la blasfemia, nos igualamos con aquéllos que nos insultan, rebajando nuestro nivel. Si nos mantenemos en silencio, usándolo como arma contra las blasfemias, evocando la conciencia de quien las pronunció, esta fuerza es, naturalmente, mayor.
Mantenerse calmado frente a los infortunios.
Cuando nos encontramos con personas que nos quieren incomodar, derrumbar u oprimir, debemos enfrentarlas con calma, evitando cualquier confrontación. No responder con un puñetazo cuando se recibe uno, ni responder con un puntapié cuando se recibe otro, pues de esta confrontación nadie sale vencedor. Si la intención es buscar venganza de un odio momentáneo, no alcanzará el éxito de grandes hazañas.
Compasión frente a la envidia y el odio.
Frente a la envidia y el odio de otros, no debemos responder igualmente con odio y envidia, sino con corazón abierto y alma compasiva, ofrecer nuestra amistad y mostrarles nuestra intención pacífica, demostrando así, con educación, nuestra superioridad.
Gratitud frente a las difamaciones.
Si alguien lo insulta y difama, no se enoje con quien lo provocó, sino acuérdese de los beneficios que esa persona le proporcionó en el pasado y sea agradecido por eso. Principalmente, no se olvide de que en el fango más inmundo crece la impecable flor de loto. Cuanto más oscuro es el lugar, mayor es la necesidad de mantener encendida la luz del alma. Por lo tanto, ante las difamaciones, aquellos que nos difaman deben ser influenciados con ética, compasión y misericordia; solamente así la superaremos, con moralidad y tolerancia.
El verdadero vencedor tiene la fuerza de la tolerancia y el coraje de asumirla frente a los insultos, opresiones.
Maestro Hsing Yun
EL ORIGEN DEL MIEDO.
El estado de miedo psicológico está divorciado de cualquier peligro real e inmediato. Puede adoptar diversas formas: desazón, preocupación, ansiedad, nervios, tensión, temor, fobia, etc. El miedo psicológico del que hablamos siempre se refiere a algo que podría ocurrir, no a algo que ya está ocurriendo.
Tú estás en el aquí y ahora, mientras que tu mente está en el futuro. Esto crea una brecha de ansiedad. Y si te has identificado con tu mente y has perdido el poder y la simplicidad del ahora, esa brecha de ansiedad será tu constante compañera. Siempre puedes afrontar el momento presente, pero no puedes afrontar algo que sólo es una proyección mental; no puedes afrontar el futuro.
Además, mientras sigas identificándote con tu mente, el ego dirigirá tu vida. Debido a su naturaleza fantasmal, y a pesar de sus elaborados mecanismos de defensa, el ego es muy vulnerable e inseguro, y se siente amenazado constantemente. Por cierto, esto sigue siendo verdadero aunque externamente esté muy seguro. Ahora bien, recuerda que una emoción es la reacción del cuerpo a la mente. ¿Qué mensaje recibe continuamente el cuerpo desde el ego, desde ese falso yo fabricado por la mente?: peligro, estoy amenazado. ¿Y qué emoción genera este mensaje continuo?: miedo, por supuesto.
El miedo parece tener muchas causas: miedo a la pérdida, miedo al fracaso, miedo a que nos hieran, y así sucesivamente; pero, en definitiva, todos los miedos pueden resumirse en el miedo del ego a la muerte, a la aniquilación. Para el ego, la muerte siempre está a la vuelta de la esquina. En este estado de identificació n con la mente, el miedo a la muerte afecta a todos los aspectos de tu vida.
Por ejemplo, algo tan aparentemente trivial y «normal» como la necesidad compulsiva de tener razón en una discusión y demostrar que el otro está equivocado —defender la posición mental con la que te has identificado— se debe al miedo a la muerte. Si te identificas con una posición mental y resulta que estás equivocado, tu sentido de identidad, basado en la mente, se sentirá bajo una seria amenaza de aniquilación. Por tanto, tú, como ego, no puedes permitirte estar equivocado. Equivocarse es morir. Esto ha motivado muchas guerras y ha causado la ruptura de innumerables relaciones.
Cuando dejas de identificarte con la mente, el hecho de tener razón o estar equivocado es indiferente para tu sentido de identidad; de modo que esa necesidad compulsiva, apremiante y profundamente inconsciente de tener razón, que es una forma de violencia, deja de estar presente. Puedes expresar cómo te sientes y lo que piensas con claridad y firmeza, pero tal expresión no estará teñida de agresividad ni actitud defensiva. Tu sentido de identidad deriva entonces de un lugar más profundo y verdadero dentro de ti, no de la mente.
OBSERVA CUALQUIER ACTITUD DEFENSIVA que surja en ti. ¿Qué estás defendiendo? : una identidad ilusoria, una imagen mental, una entidad ficticia. Haciendo consciente este patrón y observándolo, puedes romper la identificació n con él. El patrón inconsciente comenzará a disolverse rápidamente a la luz de tu conciencia.
Este es el final de todas las discusiones y juegos de poder, que son tan corrosivos para las relaciones. El poder sobre los demás es debilidad disfrazada de fuerza.
El verdadero poder está dentro, y está a tu disposición ahora.
La mente siempre trata de negar el ahora y de escapar de él. En otras palabras: cuanto más te identificas con tu mente, más sufres. O puedes decirlo de este otro modo: cuanto más capaz seas de valorar y aceptar el ahora, más libre estarás del dolor y del sufrimiento, más libre de la mente egotista.
Si no deseas crear más dolor para ti mismo ni para los demás, si no quieres añadir más dolor al residuo del pasado que aún vive en ti, no crees más tiempo, o crea el imprescindible para gestionar los aspectos prácticos de la vida. ¿Cómo dejar de crear tiempo?
DATE CUENTA INEQUÍVOCAMENTE DE QUE EL MOMENTO PRESENTE es lo único que tienes. Haz del ahora el centro fundamental de tu vida. Si antes vivías en el tiempo y hacías breves visitas al ahora, establece tu residencia habitual en el ahora y haz breves visitas al pasado y al futuro cuando tengas que resolver los asuntos prácticos de tu vida. Di siempre «sí» al momento presente.
ACABA CON LA ILUSIÓN DEL TIEMPO
La clave es ésta: acaba con la ilusión del tiempo. Tiempo y mente son inseparables. Retira el tiempo de la mente y ésta se para, a menos que elijas usarla.
Estar identificado con la mente es estar atrapado en el tiempo: vives de forma compulsiva y, casi exclusivamente, mediante el recuerdo y la anticipación. Esto produce una preocupación interminable por el pasado y el futuro, y una falta de disposición a honrar y reconocer el momento presente y permitir que sea. La compulsión surge porque el pasado te da una identidad y el futuro contiene una promesa de salvación, de una realización de algún tipo. Ambas son ilusiones.
Cuanto más te enfocas en el tiempo —pasado y futuro— más pierdes el ahora, lo más precioso que hay.
¿Por qué es lo más precioso? En primer lugar, porque es lo único que hay. Es todo lo que hay. El eterno presente es el espacio dentro del que se despliega tu vida, el único factor que permanece constante. La vida es ahora. No ha habido nunca un momento en que tu vida no fuera ahora, ni lo habrá jamás. En segundo lugar, el ahora es el único punto que puede llevarte más allá de los limitados confines de la mente. Es tu único punto de acceso al reino informe e intemporal del Ser.
¿Has experimentado, hecho, pensado o sentido algo fuera del momento presente? ¿Piensas que lo harás alguna vez? ¿Es posible que algo ocurra o sea fuera del ahora? La respuesta es evidente, ¿no es cierto? Nada ocurrió nunca en el pasado; ocurrió en el ahora. Nada ocurrirá nunca en el futuro; ocurrirá en el ahora.
La esencia de lo que estoy diciendo aquí no puede entenderse mentalmente. En el momento que lo entiendes, se produce un cambio de conciencia de la mente al Ser, del tiempo a la presencia. De repente, todo se vivifica, irradia energía, emana Ser.
Carlos Fernández
Una vida no examinada no merece la pena ser vivida. Sócrates
El examen de las propias experiencias es una facultad que tan sólo la especie humana puede realizar. Cada noche, el hecho de revisar lo que hemos vivido durante el día, es un lujo que no debe pasar desapercibido en el desarrollo integral como personas. El simple repaso de los acontecimientos más significativos del día y el hecho de dedicar unos minutos al final de la jornada, es un regalo evolutivo de consecuencias insospechadas.
¿Qué ha sucedido hoy? Si usted opta por su desarrollo personal, de manera eficaz y acelerada, trate de mirar el día vivido y permita que su mente rastree entre los sucesos significativos. Decida adquirir el hábito de examinar la experiencia cotidiana y convertirá en aprendizaje los momentos más habituales de su existencia. Mediante este simple ejercicio se hará consciente de lo que, realmente, sucede "detrás de la escena", evitando repeticiones de conductas automáticas y sintiendo como abre nuevos ciclos con actitudes y metas renovadas. Sin duda, un examen que aportará inteligentes alineamientos con el sentido último de su vida.
Cada día vivido nos "trae" asuntos significativos que nuestra consciencia transforma en escalones espirales de la siguiente vuelta. ¿Qué ha sucedido en este año?. Una pregunta que conviene hacerse al cierre de un ciclo, en la víspera de un cumpleaños o en una simple "noche vieja". Recuerde que una mente sin objetivos es como un barco que, cuando enfrenta una tormenta, da vueltas a la deriva.
Para responder a la pregunta, ¿qué ha sucedido en el día de hoy?, la mente rastrea por los intereses y objetivos que uno se ha marcado para el período que ahora examina y observa. Por ejemplo, si en esta etapa de la vida, para uno mismo lo importante es el éxito y la prosperidad económica, la respuesta buscará todos los momentos del día en los que dichas cuestiones se vean afectadas. Si lo que en dicho ciclo están en juego aspectos tales como su autoestima, sus afectos y expansión de consciencia, los hechos que seleccionará su mente serán aquellos que tengan que ver con tales metas.
La Tecnología de la Transformación aborda la construcción de preguntas de poder sobre el inconsciente, cuyas respuestas, en sí mismas, resultan transformadoras. Si pregunta, "¿en qué he progresado hoy?", reforzará los progresos realizados en la jornada. Si pregunta, "¿qué ha sucedido hoy de especial, mágico o significativo?" , reforzará su aventura interior y el sentido evolutivo de su vida. Es posible que lo que interese sea la calidad de su vida afectiva y entonces se pregunte, "¿en qué momentos he sentido generosidad y compasión?" Si le interesa salir de un cuadro mental depresivo, se preguntará, "¿de qué he gozado hoy?" Y si lo que mueve la vida es el servicio a los demás, puede preguntarse, "¿a quién he ayudado hoy?"
Recuerde que todo minuto dedicado a la capitulación y toma de conciencia del día vivido es la mejor inversión que uno puede hacer para su desarrollo como persona lúcida y despierta. Pronto comprobará que los efectos transformadores del auto-examen son desproporcionados al esfuerzo que demandan. Es por ello que merece la pena no cerrar ni un sola jornada, sin antes dedicar unos instantes al procesamiento del pasado "trozo de vida". El examen del día, sin auto-reproches ni alabanzas, es un hábito con poder suficiente como para asegurar su crecimiento y erradicar de su vida pensamientos y conductas no deseadas.
Un ejercicio de apariencia simple y, sin embargo, de increíbles consecuencias. Proceda a observar y examinar, y los cambios vendrán por sí solos, tan suaves y contundentes como las brisas del alba.
El agua del río, por turbia que esté, se volverá clara.
Proverbio
Hay personas que piensan que los demás deben tener mucha estrella porque parece que nunca les pasa lo que a ellas les crispa y aprieta. Piensan que los otros tienen más fortuna, más dinero, más amor, más talentos y más belleza. Sin embargo, en ese momento, ignoran que a lo largo de una vida, y haciendo un balance interno de luces y sombras, las cosas no están tan desequilibradas, ni para unas personas, ni para otras. Uno observa que el corazón de los príncipes en sus lujosas mansiones, no es necesariamente más feliz que el de aquel mendigo en su trozo de acera. No parece creíble que los muebles antiguos y las joyas o bien las mantas viejas y las aceras, den más felicidad que lograr vivir cualquier cosa desde una mente sosegada y serena. Las apariencias engañan. Lo importante de la vida, ya seamos príncipes en unas cosas y mendigos en otras, es vivir desde el nivel observador que atestigua el discurrir del río, mientras sentimos el sabio fluir de las pequeñas cosas bien hechas.
Cuando veamos que en nuestra vida ha llegado una nueva tormenta, tengamos cuidado con las quejas que, además de estériles, debilitan al que las nombra. Su llegada, en alguna dimensión del aprendizaje, no es casual. Tras la agitación, los antiguos hábitos se cuestionan y se abren nuevas puertas. La oportunidad de cambio, a veces, cobra peaje de perturbación y crisis, aunque, sabemos en lo más profundo, que mañana volverán las aguas a estar claras. El dolor ya pasado no habrá sido estéril, la vida no es una vulgar rueda. El tiempo se dirige a alguna parte. Cada instante, el Universo se expande más velozmente, incluso hacia dentro, hacia esa profundidad liberadora. Cada problema enfrentado templa, madura y des-implica al observador de aquello que observa. Tras la nueva transparencia de las aguas calmas, uno ya no es el mismo, algo se ha transmutado. Se sabe que vendrán otros rostros y que se abrirán otras puertas. Un paso más en las nuevas avenidas hacia la esencia.
Después de una crisis en la que tenemos el alma en llagas, se mira a los demás de otra forma. Leemos los corazones ajenos sin que nadie se de cuenta. Es entonces cuando comprobamos que somos capaces de percibir sus más íntimos temores, sus anhelos y los pliegues de sus entrañas. Reconocemos el dolor y la contracción sutil en cualquier cara. Sentimos pronto piedad inspirada en el que llora. Y ante este panorama que señala humanidad y delata el peso que cada uno lleva a sus espaldas, brota una compasión que torna a la vida generosa y cálida.
Cada sueño empieza con un grano de Esperanza, cuando esa pequeña llama se enciende dentro de ti puedes crear inconscientemente un fuego inapagable. los mejores días no empiezan mañana, ni el próximo mes, ni cuando te llamen para un nuevo trabajo, o cuando tengas una buena cuenta bancaria, tu mejor día puede empezar hoy mismo, si decides empezar a ser quien eres y no a calcular quién podrías ser, si decides vivir tus sueños desde ahora y no esperar a que te toquen a la puerta, si decides buscar a tu familia y no esperar a verlos para navidad, si decides jugar football con tus hijos en vez de ver televisión.
No te dejes manipular por las circunstancias, ni por ningún otro que quiera hacerte creer que no eres capaz de caminar por ti mismo hacia la puerta de las oportunidades. No dejes que sus voces destruyan tu fe, tú eres capaz de llegar al otro lado del río de las desilusiones. Deja que tus fracasos y lágrimas sean el motor que te empuja a querer cambiar tu condición actual por una mejor, y sobre todo, aprende de esas adversidades, experiméntalas... la experiencia no es lo que te sucede, si no lo que haces con lo que te sucede. …la vida pasa, y con ella vienen todo tipo de retos, y hay momentos, como dijo Jesús, en los que vendrán las aflicciones, pero ser cristiano no se trata de ignorarlas o pretender que todo está bien... ser cristiano se trata de hacerle frente a esas aflicciones y adversidades y recordar que No Estamos Solos, Dios y yo hacemos la mayoría.
"La vida es maravillosa si no se le tiene miedo". Charles Chaplin
Juventud
Por: Samuel Ullman
El poema favorito de Konosuke Matsushita
La Juventud no es una etapa de la vida; es un estado de ánimo, no es un asunto de mejillas sonrosadas, labios rojos y rodillas flexibles; es una consecuencia de la voluntad, una cualidad de la imaginación, del vigor de las emociones; de la frescura de las profundas fuentes de la vida.
Juventud significa el predominio temperamental de las emociones sobre la timidez del apetito, de la aventura sobre el amor de lo fácil. Con frecuencia vemos esto existir más en un hombre de sesenta que en un muchacho de veinte.
Nadie envejece solo por el peso de los años. Envejecemos cuando desertamos de nuestros ideales.
Los años pueden arrugar nuestra piel, pero entregar el entusiasmo arruga el alma.
Las preocupaciones, el temor, el desconfiar de nosotros mismos doblega el corazón y desmorona nuestro espíritu.
Sea a los diez y seis o a los sesenta, vive en el corazón de cada ser humano la atracción que nos embruja, el apetito infantil por lo que viene, y el regocijo del juego de vivir.
En el centro de tu corazón y de mi corazón hay una estación inalámbrica; mientras ella reciba mensajes de belleza, esperanza, alegría, coraje, y poder de los hombres y del Infinito, mientras tanto seremos jóvenes.
Cuando nuestras antenas se retraen, y nuestro espíritu es cubierto por las nevadas del cinismo y por el hielo del pesimismo, es entonces que hemos envejecido, así tengamos veinte; pero mientras mantengamos nuestras antenas desplegadas, para captar las ondas de optimismo, existe la esperanza que podamos morir jóvenes a los ochenta.
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