En ocasiones, me cruzo con la ira…, y ella porfía con tomarme el brazo, pero le digo: “¡No puedo irme contigo… tratá de comprender…estoy de paso…”.
Otras veces la duda me visita intentando enredarme en su fracaso, y de la misma forma me disculpo: “Perdoname, pero… estoy de paso.”
Algunos días es la intolerancia quien trata de envolverme con su abrazo, pero también me niego a recibirla: tendrá que dispensarme…estoy de paso.
Y hay circunstancias en que el sufrimiento es el que trata de llenar mi vaso, más sé de su carácter ilusorio y no le doy cabida…estoy de paso.
Incluso cuando arriban los temores -esos que asustan siempre por si acaso, con su caterva de preocupaciones!- tampoco los atiendo…estoy de paso.
No quiero demorarme en pequeñeces…
¡Cada minuto es un tesoro escaso, que se va entre los dedos como el viento! Y como el viento...¡también yo estoy de paso…!
Jorge Oyhanarte
1 comentario:
realmente muy buena reflexion, lastima que se prefiera el reconcor, la intoleracia, la ira, en vez de trabajar estos sentimientos que no nos llevan a llevar a nada bueno.
gracias por tu aportacion.
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