La cebolla y el ajo pueden llegar a representar la encarnación del enemigos públicos número de los perros. Si llegan a comer en grandes cantidades, pueden provocar anemia y envenenamiento en los perros, con su correspondiente desenlace fatal.
Lo que hacen estos alimentos es destruir la hemoglobina, mediante una sustancia que tienen en común. Esto tiene como consecuencia el bloqueo renal.
Es importante consignar que no tiene nada que ver la forma en que se suministre para su ingestión, sino en la dosis que se da. Cinco gramos de ajo o cebolla por cada kilo del animal puede resultar fatal.
Razas más sensibles como la Akita o la Shiba Inu tienen en estos alimentos a un verdadero asesino suyos en cualquier cantidad.
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