No, no se trata de una simple metáfora grandilocuente. Los gatos también poseen sus oscuras inclinaciones hacia sustancias “prohibidas” (sinceramente no sé si es ilegal que un gato se drogue). Hay una planta que hace que los gatos manifiestan una conducta eufórica, totalmente en contradicción con la fama reservada de los felinos.
Nepeta cataria es el nombre científico de la planta, y en español se la conoce como “hierba gatuna”. El olor de la planta ejerce una atracción irresistible en los gatos, que reaccionan especialmente cuando se encuentran en épocas de apareamiento.
Los gatos se acercan a la planta y comienzan a frotarse contra ella, la huelen y muerden. Incluso llegan a comerse la flor, que es cuando las reacciones más interesantes aparecen. Tienen el comportamiento más extraño: dan vueltas de aquí para allá, maúllan sugestivamente, persiguen seres imaginarios, se frotan contra lo que encuentran. Es decir, se pegan un viaje impresionante.
El efecto dura como máximo un cuarto de hora. Luego de fenecido dicho efecto, los gatos suelen mostrarse desganados durante un cierto tiempo, hasta adquirir de nuevo sus características desinteresadas y gatunas de siempre.
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