Aquí hay gato encerrado. El español contiene numerosas expresiones cuyos orígenes son muy curiosos: normalmente, se basan en usos obsoletos, y se refieren a acciones y costumbres que han quedado relegadas por la modernidad.
Es el caso de la expresión “Aquí hay gato encerrado”, que indica que un asunto no está muy claro, que hay alguna trampa u oscurantismo de por medio. La sospecha de un asunto turbio es lo que lleva a pronunciar esta expresión que tanto escandaliza a los amantes de los animales.
El gato del dinero
Hay varias historias sobre el origen de la expresión. Hay quien afirma que los “gatos” eran, en la Edad Media, los monederos que llevaban las mujeres. Estos estaban escondidos entre sus ropas, para que no les fueran robados. De este hecho se acuñó la expresión “hay gato encerrado”, para referirse al monedero y su contenido.
Un origen muy parecido se aduce, ambientado en el siglo de Oro. Las bolsas con el dinero que portaban los hombres estaban hechas de piel de gato, por lo que pasaron a llamarse “gatos“.
Asimismo, “gato” también se denominaba, en el siglo XVII, al ladrón común, y ese mote fue el que, asimilado, dio como resultado que la bolsa con la pecunia se denominase igual.
Es el caso de la expresión “Aquí hay gato encerrado”, que indica que un asunto no está muy claro, que hay alguna trampa u oscurantismo de por medio. La sospecha de un asunto turbio es lo que lleva a pronunciar esta expresión que tanto escandaliza a los amantes de los animales.
El gato del dinero
Hay varias historias sobre el origen de la expresión. Hay quien afirma que los “gatos” eran, en la Edad Media, los monederos que llevaban las mujeres. Estos estaban escondidos entre sus ropas, para que no les fueran robados. De este hecho se acuñó la expresión “hay gato encerrado”, para referirse al monedero y su contenido.
Un origen muy parecido se aduce, ambientado en el siglo de Oro. Las bolsas con el dinero que portaban los hombres estaban hechas de piel de gato, por lo que pasaron a llamarse “gatos“.
Asimismo, “gato” también se denominaba, en el siglo XVII, al ladrón común, y ese mote fue el que, asimilado, dio como resultado que la bolsa con la pecunia se denominase igual.
1 comentario:
Desde luego que hay gato encerrado o enjaulado, solo hay que verlo.
Tiene una cara de resignación y el canario de satisfacción que no veas.
Un abrazo cielo.
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