Qué es el Síndrome de Noé. Todas las personas amantes de los animales han debido abandonar muchísimas veces la idea de llevar cierto animalito a casa.
Vas por la calle y te sigue un cachorrillo, sus ojos tiernos te están diciendo: llévame, estoy desamparado, te necesito. Tú con un nudo en la garganta lo ahuyentas para que vuelva por donde vino o lo recoges y lo entregas a un refugio. En el mejor de los casos lo puedes llevar a tu casa y adoptarlo, o dárselo a alguien que esté buscando una mascota.
Seguramente has pasado por alguna de estas situaciones, pero has tenido la suficiente lucidez como para darte cuenta de tu verdadera situación y de las posibilidades reales que tenías de hacerte cargo de una nueva mascota. Pero en las personas enfermas con el Síndrome de Noé, esto no sucede.
Quienes padecen este trastorno sienten que tienen que llevar a su casa a cualquier animal que se encuentren, con el fin de salvarlo de una desgracia. Incluso algunos enfermos salen a buscar gatos por las noches para llevárselos consigo. De esta forma terminan conviviendo con muchísimos animales, a los cuales no pueden mantener de forma digna y saludable.
Entonces tanto la vida de la persona como la de los propios animales se vuelve muy precaria. Se acumulan las heces, no hay dinero para la comida, los animales llegan a pelearse e incluso a matarse entre ellos, a veces por celos, otras por el propio hambre.
Los vecinos soportan una situación muy desagradable, teniendo que escuchar constantes ladridos, o maullidos (porque la mayoría de los enfermos optan por los gatos o los perros) y desagradables e intensos olores. Además temen pueden estar expuestos a enfermedades. Ya nadie en el entorno vive tranquilo por lo que normalmente son muchos quienes sufren por las malas condiciones en que vive el enfermo y sus animales.
En España el número de mascotas que se puede tener en un piso o casa en zonas urbanas asciende a 5, por lo que además de padecer una enfermedad, la persona está infringiendo una ley. El enfermo precisa un tratamiento psiquiátrico, ya que es probable que padezca un trastorno obsesivo compulsivo.
En Estados Unidos se calcula que surgen 2.000 nuevos casos cada año, y algo que hace más difícil el tratamiento es que muchas veces se considera a la persona un benefactora, a la que incluso otras personas le traen animales abandonados.
Vas por la calle y te sigue un cachorrillo, sus ojos tiernos te están diciendo: llévame, estoy desamparado, te necesito. Tú con un nudo en la garganta lo ahuyentas para que vuelva por donde vino o lo recoges y lo entregas a un refugio. En el mejor de los casos lo puedes llevar a tu casa y adoptarlo, o dárselo a alguien que esté buscando una mascota.
Seguramente has pasado por alguna de estas situaciones, pero has tenido la suficiente lucidez como para darte cuenta de tu verdadera situación y de las posibilidades reales que tenías de hacerte cargo de una nueva mascota. Pero en las personas enfermas con el Síndrome de Noé, esto no sucede.
Quienes padecen este trastorno sienten que tienen que llevar a su casa a cualquier animal que se encuentren, con el fin de salvarlo de una desgracia. Incluso algunos enfermos salen a buscar gatos por las noches para llevárselos consigo. De esta forma terminan conviviendo con muchísimos animales, a los cuales no pueden mantener de forma digna y saludable.
Entonces tanto la vida de la persona como la de los propios animales se vuelve muy precaria. Se acumulan las heces, no hay dinero para la comida, los animales llegan a pelearse e incluso a matarse entre ellos, a veces por celos, otras por el propio hambre.
Los vecinos soportan una situación muy desagradable, teniendo que escuchar constantes ladridos, o maullidos (porque la mayoría de los enfermos optan por los gatos o los perros) y desagradables e intensos olores. Además temen pueden estar expuestos a enfermedades. Ya nadie en el entorno vive tranquilo por lo que normalmente son muchos quienes sufren por las malas condiciones en que vive el enfermo y sus animales.
En España el número de mascotas que se puede tener en un piso o casa en zonas urbanas asciende a 5, por lo que además de padecer una enfermedad, la persona está infringiendo una ley. El enfermo precisa un tratamiento psiquiátrico, ya que es probable que padezca un trastorno obsesivo compulsivo.
En Estados Unidos se calcula que surgen 2.000 nuevos casos cada año, y algo que hace más difícil el tratamiento es que muchas veces se considera a la persona un benefactora, a la que incluso otras personas le traen animales abandonados.
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