Si después de invertir miles de pesos
en tatuajes y de pasar cientos de horas sufriendo el embate de las agujas con
tinta sobre la piel, la preocupación lo invade al pensar que todo será en vano
el día que la parca venga a buscarlo, esta noticia le cambiará la vida.
El tatuador holandés Peter van der
Helm asegura que ha encontrado una manera de preservar los tatuajes de las
personas después de haber muerto. “Todo el mundo pasa sus vidas en busca de la
inmortalidad y esto es una forma sencilla de obtener un pedazo de ella”, afirma
Van der Helm, y agrega: “esta no es una idea nueva, todos los que nos tatuamos
la hemos tenido alguna vez. La diferencia es que ahora encontramos una manera
de hacerlo realidad”.
El procedimiento para conservar el
tatuaje después de la muerte no es sencillo: el primer paso es que un patólogo
quite el tatuaje y envíe la piel, congelada o envasada en formol, a un
laboratorio en Europa. Allí lo reciben los profesionales de la “Fundación para
las Artes y las Ciencias del Tatuaje”, la entidad fundada por Peter van der
Helm en Ámsterdam. Ellos, mediante un procedimiento secreto, extraen toda el
agua y la grasa de la piel y la reemplazan con un polímero líquido, normalmente
silicona. En otras palabras: “lo convertimos en plástico”, dice Peter.
El precio mínimo de la “inmortalidad”
es de 300 euros (unos 400 dólares), para preservar un tatuaje de unos 10
centímetros cuadrados.
Así que ya sabe, si cree que su cuerpo
es una obra de arte o si no tiene nada para dejarle a su familia porque se
gastó todo el dinero en tatuajes, visite la página de la Fundación para las
Artes y las Ciencias del Tatuaje para que al menos puedan heredar un poco de su
piel.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario