Puesto que nuestro cuerpo tarda más en
digerir los alimentos pesados, para no interrumpir en el sueño es conveniente
consumir cenas ligeras, unas dos o tres horas antes de acostarnos.
Muchas personas no saben que algunos
de los alimentos que se ingieren durante la cena o momentos antes de ir a la
cama son potenciales ladrones del sueño.
La dificultad para dormir, las
interrupciones durante la noche y otros trastornos pueden ser el resultado de
una dieta con ingredientes que interfieren en el descanso.
Y es que, aunque esto se suele
ignorar, los hábitos de alimentación y la calidad de sueño tiene una relación
más fuerte de lo que pensamos.
En este sentido, es bueno empezar a
descubrir esos alimentos que no se deben ingerir por la noche porque pueden
provocar dificultades para dormir.
A continuación te compartimos los
detalles de los 10 más comunes para que trates de consumirlos en otros
horarios.
El apio
Esta verdura es muy baja en calorías y
se recomienda como apoyo para la dieta con fines de adelgazamiento.
Sin embargo, su ingesta en horario
nocturno no está aconsejada, ya que su poder diurético aumenta el deseo de
orinar en medio de la noche.
Algo similar ocurre con otros
alimentos ricos en agua, tales como el pepino, la sandía o los rábanos, entre
otros.
Tomates
Está claro que este vegetal es
infaltable en la dieta y está cargado con nutrientes muy buenos para la salud.
El problema de comerlos antes de
dormir es que contienen un aminoácido esencial llamado tiramina, que induce al
cerebro a liberar norepinefrina, un estimulante que retrasa el sueño al
incrementar la actividad cerebral.
Chocolate amargo
Una cantidad moderada de chocolate
amargo todos los días tiene efectos positivos sobre la salud cardíaca y
cerebral.
La cosa es que solo debe comerse
durante el día ya que por la noche puede convertirse en un fuerte influyente de
las dificultades para dormir.
Este contiene cafeína y tirosina, dos
sustancias estimulantes que aumentan la actividad mental y el estado de alerta
del cerebro.
4. Las especias picantes
Incluir especias picantes a la hora de
la cena es una pésima elección cuando se tienen continuos problemas de sueño.
Este tipo de alimentos incrementa el
reflujo gástrico y hace que los procesos digestivos sean más difíciles.
Como consecuencia aumenta la sensación
de ardor y dolor y, por lo tanto, el cuerpo no logra descansar.
5. Frijoles
Un buen plato de frijoles contiene
nutrientes esenciales que nos proporcionan energías y mejoran nuestro estado
anímico.
No obstante, se trata de un alimento
difícil de digerir que puede resultar desastroso cuando se toma en las horas
previas a dormir.
Su consumo aumenta los gases
intestinales y esa molesta inflamación que hace sentir el vientre pesado.
6. Caramelos y dulces
Los caramelos y otros tipos de dulces
elevan los niveles de azúcar en la sangre y aumentan de forma considerable el
riesgo de diabetes.
Aunque en un principio parece que
provocan sensación de sueño, lo cierto es que causan alteraciones en los
niveles de insulina e impiden que se dé un descanso reparador y sin
interrupciones.
7. Carnes
Esa suculenta tajada de bistec o carne
que tanto te apetece debe ser consumida solo durante el almuerzo.
Esto se debe a que el cuerpo tarda
mucho en procesar los alimentos con alto contenido de proteínas y grasas, lo
que puede generar una noche inquieta.
Brócoli
El brócoli y otros vegetales
crucíferos son muy nutritivos, pero el organismo tarda un poco en digerir su
fibra dietética.
Por lo tanto, consumirlos en la cena
hace que al cuerpo le lleve más tiempo realizar la digestión y presente
molestias que impiden el buen descanso.
Queso
La pizza, la lasaña y otras recetas
con un alto contenido de queso son inapropiadas para las horas nocturnas por
los efectos que provocan en el cuerpo.
Es una fuente de tiramina, un
aminoácido que disminuye la sensación de sueño y aumenta el dolor de cabeza.
En su lugar es conveniente ingerir
leche o yogur que por su aporte de calcio disminuyen el estrés y promueven el
sueño.
Bebidas gaseosas
Los refrescos y bebidas gaseosas
contienen cafeína, uno de los estimulantes más utilizados para prolongar la
actividad mental.
También son una fuente de azúcares
refinados que elevan los niveles de azúcar en la sangre y producen un
descontrol en las funciones metabólicas.
Para concluir, cabe recordar que lo
idóneo es ingerir una cena ligera al menos dos o tres horas antes de ir a
dormir.
Por ninguna razón se debe omitir la
cena, ya que el hambre nocturno puede atacar e influir en el aumento de peso.
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