Desde el exterior, en la casa de
Thomas Jeromin, en Rinteln, Alemania, no se ve nada fuera de lo normal, pero
como suele decirse, “lo que importa es lo que hay en el interior”, y en este
caso el interior no es nada menos que espectacular: una bosque de árboles de
navidad artificiales, 110 para ser exactos, decorado con la friolera de 16.000
adornos.
Hasta hace cinco años, Thomas Jeromin
tenía un solo árbol de Navidad en su casa, al igual que el resto del mundo. Sin
embargo, en 2012, decidió tener más, sólo para difundir el espíritu de la
Navidad. La idea resultó tan bien, que el próximo año aumentó el número de
árboles a 20, luego a 45, 80 y finalmente este año obtuvo su colección épica
con la friolera de 110 árboles. Están literalmente en todas partes, desde la
sala de estar y cocina, hasta el cuarto de baño. El único cuarto libre de
árboles de la casa es el dormitorio principal, a petición de su esposa Susanne.
Como pueden imaginarse, la instalación
y el decorado de más de 100 árboles de Navidad lleva un tiempo, y Jeromin
confirma que este año necesitó ocho semanas para dejar su casa lista para las
vacaciones de invierno. Comenzó en octubre, y pasó una semana entera
simplemente bajando los árboles desde el ático. A continuación, le tomó otras
siete semanas de trabajo desde la mañana hasta la tarde decorarlos con más de
16.000 adornos, cientos de luces LED, guirnaldas y coronas. Pero todo valió la
pena.
Thomas es una celebridad local en
Rinteln, y su casa se ha convertido en una especie de atracción turística, con
vecinos que vienen especialmente para ver cómo se ve la casa llena de árboles
de Navidad. Este año, Jeromin y su magnífica decoración navideña llegaron a las
noticias nacionales, y la gente comenzó a enviarle más árboles de Navidad.
Tenía 110 cuando lo visitó el equipo de noticias, pero en una entrevista
posterior, afirmó que había añadido cuatro más a su colección.
Las decoraciones de Navidad no son la
cosa más cara del mundo (aunque puede serlo), pero los costos se suman cuando
estás hablando de cientos, incluso miles de adornos. Jeromin dice que los
gastos en su pasión son manejables, sobre todo gracias al hecho de que los
compra con grandes descuentos. Afirma que el mejor momento para comprar adornos
de Navidad es de dos o tres semanas después de Navidad, cuando las tiendas los
venden a una fracción de su costo original, sólo para librarse de ellos.
Además, la electricidad para el período de seis semanas que los árboles están
en su casa, suma alrededor de 100 euros, lo que cree que es razonable.
Cuando sea el momento de desarmar los
árboles hasta la próxima Navidad, Jeromin estará ocupado por otras dos semanas.
El hombre pone los árboles de nuevo en el ático, y las decoraciones de forma
ordenada en sus cajas, para lo cual dispone de espacios especiales de
conservación en el ático.
Thomas dice que la mayoría de las
personas que visitan su casa lo llaman loco, pero a él simplemente le gusta
tener árboles de Navidad por todas partes. Admite que los artificiales no son
tan buenos como los abetos verdaderos, pero tener que comprar más de 100 de
ellos cada año simplemente sería demasiado caro.
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