España está llena de antiguas fortalezas en las que se desarrollaron batallas, asedios y enfrentamientos de todo tipo. Muchas de ellas permanecen inhóspitas, medio derruidas y aún impregnadas de mitos y leyendas. Son los casos del castillo de Cornatel, en la comarca del Bierzo (León), que perteneció a la Orden del Temple; Riba de Santiuste (Guadalajara), que fue protagonista de supuestos rituales satánicos, y Sohail (Málaga), donde algunos testigos afirman haber visto extrañas esferas luminosas. Estos son sus protagonistas y sus historias.
Cornatel: Ecos templarios
El paisaje de El Bierzo combina el verdor de Galicia con la llanura de Castilla. Cerca de Priaranza del Bierzo –antes de llegar a la localidad de Villavieja– hallamos un peculiar castillo que parece haber nacido directamente de la roca. De ahí que reciba el nombre de Cornatel o, lo que es lo mismo, “cuerno salido de la tierra”. Aunque se cree que los orígenes del castillo de Ulver (Cornatel) están ligados a un antiguo destacamento militar romano, la primera persona célebre que vivió en él fue la condesa Jimena Muñiz, amante del rey Alfonso XI de León. Más tarde pasó por las manos de varios nobles hasta caer en las de la Orden del Temple, que lo ocupó durante un siglo. En este período fue utilizado para el control del paso hacia Galicia y como apoyo del castillo de Ponferrada (León). La presencia de una montaña justo enfrente de Cornatel impedía a los caballeros observar la fortaleza ponferradina, así que para comunicarse entre ambas utilizaban señales de humo. Posteriormente fue el conde de Lemos, Pedro Álvarez Osorio, quien lo ocupó y lo convirtió en su residencia habitual. Allí pasó sus últimos días. Al parecer, se había granjeado un buen número de enemigos y pensó que encerrándose en este inexpugnable fortín se protegería de sus ataques. Nada más lejos de la realidad, ya que los irmandiños, con la ayuda de los bercianos, terminaron asaltando Cornatel y lo destrozaron casi en su totalidad. Con el transcurso del tiempo el castillo pasó a ser propiedad de Villavieja, un diminuto pueblo situado a escasos metros de la fortaleza. Pero desde 1600 hasta 2004 el recinto permaneció abandonado, lo que propició que surgieran toda suerte de leyendas y rumores sobrenaturales. En la actualidad el Ayuntamiento de Priaranza del Bierzo se encarga de su explotación.
Esqueletos y serpientes
Una de las leyendas que circulan en torno a este lugar cuenta que en las noches de Luna llena de agosto y septiembre se aparece una cama de oro sobre la que yacen los esqueletos de un hombre y una mujer y a cuyos lados hay flores. Sin embargo, según parece, esta “romántica” escena cambia cuando alguien se aproxima. En ese momento, como si de una ilusión óptica se tratara, todo se transforma en serpientes. Según se dice, este enclave fue escenario de algún amorío ilícito y quizá los amantes, sorprendidos in fraganti, fueron asesinados. Una de las personas que me refirió dicha historia afirma que siempre la había escuchado de labios de su abuela, quien estaba convencida de su veracidad. Pero ¿quiénes eran los amantes? Según los encargados del castillo, pudo tratarse de una de las hijas del Conde de Lemos, a la que encontraron junto a uno de los guardianes. Pero hay más. Algunos vecinos de los pueblos colindantes afirman haber visto el supuesto espectro del noble paseándose por los terrenos adyacentes al castillo. Según se cuenta, en vida el conde solía caminar hasta una fuente, hoy desaparecida, que se hallaba cerca de la fortaleza en dirección a Villavieja. En las noches de Luna llena otros testigos dicen haber visto la silueta errante del noble vagando por las estancias del castillo.
Leyendas templarias
Los templarios que ocuparon la fortaleza también han sido fuente de leyendas y enigmas. Según algunos vecinos, la primera noche de Luna llena de verano se aparece junto al castillo –justo en el monte que domina el enclave–, en una roca llamada Pedra do Home (piedra del hombre), una misteriosa espada. Debido a la forma de su empuñadura y a que los caballeros de la Orden del Temple fueron los dueños y señores del fortín durante un siglo, se cree que se trata de una espada templaria. También se cree que en el interior del fortín hay varios tesoros escondidos, entre ellos un cofre con monedas de oro que, supuestamente, está enterrado, lo que ha propiciado que el castillo haya sido visitado por varios buscadores de tesoros que querían hacerse con él. Muchas de estas personas se dedicaron a excavar, en vano, en el interior del recinto. De hecho, aún pueden apreciarse los agujeros que dejaron los saqueadores, quienes, dispuestos a hacer lo que fuera para hallarlo, dejaron su impronta tanto en el suelo como en las paredes del castillo de Cornatel. Pero este no es el único tesoro que podría albergar el emplazamiento, sino que algunos afirman que también hay escondido en él un juego de bolos de oro que perteneció al conde, gran aficionado a este entretenimiento.
El pasadizo secreto
Muchos de los visitantes que acuden al castillo no quieren dejar de ver el lugar exacto en el que falleció el Conde de Lemos. Según la obra El señor de Bembibre,
de Enrique Gil y Carrasco, el conde se despeñó tras ser empujado desde el torreón por el comendador Saldaña. Pero algunos se sorprenden al descubrir que los hechos no se desarrollaron de esta manera. Se trata de otro de los viejos mitos relacionados con este enclave. Otra de las leyendas afirma que existe un larguísimo túnel que comunica esta fortaleza con la de Ponferrada. Sin embargo, esto tampoco es exacto. En realidad, solo hay un pequeño pasadizo, aunque aún no ha sido excavado en su totalidad. Actualmente se quiere emprender una investigación a fondo para saber qué hay detrás de todo este asunto, así que habrá que esperar un poco más para saber adónde conduce este túnel. Los más osados esperan encontrar algunos de los famosos tesoros que supuestamente se hallan ocultos. Uno de los rincones más misteriosos de Cornatel son las mazmorras, que, por el momento, no están abiertas al público. Sin embargo, algunos testigos, que prefieren mantener el anonimato, afirman haber escuchado desgarradores lamentos procedentes de este lugar a altas horas de la madrugada. ¿Son las almas de los condenados? Debido al auge templario de los últimos años la celebración de la Noche de Cornatel se ha convertido en uno de los grandes atractivos de la zona. El último fin de semana de agosto se instala un mercadillo medieval en los campos contiguos al castillo y se lleva a cabo un simulacro de asalto a cargo del grupo Baucan. Un castillo con encanto, cargado de historia, misterio, exuberante naturaleza y rodeado de pueblos prácticamente deshabitados donde, en pleno siglo XXI, su acceso se realiza únicamente a través de caminos secundarios. Visitar Cornatel y sus zonas colindantes supone sumergirse de lleno en el pasado para respirar las leyendas al más puro estilo del Medievo.
Sabías que...
...en los muros del castillo hay una planta protegida que crece en este lugar debido a las condiciones meteorológicas especiales que se dan en este paraje? Su nombre es Petrocoptis viscosa.
La curiosidad
El Conde de Lemos mandó construir todas sus propiedades orientadas hacia el Norte con una clara intencionalidad: cuando se levantaba, se sentaba en su sillón y miraba todo lo que poseía. La totalidad de lo que veía por su rosetón era suyo.
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