¿Es necesario bañar las cobayas? Quienes tienen cobayas en casa como mascotas tienen opiniones muy diferentes acerca de si hay que bañar o no a estos animales. Para algunos dueños es algo indispensable, aunque para otros puede incluso estar contraindicado. Si dudamos, lo mejor que podemos hacer es consultar a nuestro veterinario de confianza si es necesario no llevar a cabo este ritual de higiene.
Si finalmente optamos por bañar a nuestra cobaya debemos tomar algunas precauciones para evitar que nuestro animal se vaya a enfermar por ello. Lo primero es vigilar que usamos un jabón neutro y que el agua está templada.
Dos cosas imprescindibles a la hora de bañar a nuestra cobaya es que pongamos especial atención en su aclarado, para que sea perfecto y no le queden restos de jabón en su pelo, y que la sequemos con especial cuidado. Esto es necesario porque son animales muy sensibles al frío y pueden acabar enfermas si no conseguimos quitarles toda la humedad de su pequeño cuerpo.
Una buena idea es que usemos una toalla y procuremos que el ambiente del lugar donde la bañamos sea bien cálido. Si nuestra mascota no se asusta demasiado podemos recurrir a un secador de cabello desde una distancia prudente para no quemarla.
Si finalmente optamos por bañar a nuestra cobaya debemos tomar algunas precauciones para evitar que nuestro animal se vaya a enfermar por ello. Lo primero es vigilar que usamos un jabón neutro y que el agua está templada.
Una vez estemos bañando a nuestra cobaya prestaremos especial atención a no mojarle ni los ojos ni las orejas, y la única manera de conseguirlo es aguantar el animal de manera firme, pues evidentemente se sentirá asustado y se moverá para intentar escapar.
Dos cosas imprescindibles a la hora de bañar a nuestra cobaya es que pongamos especial atención en su aclarado, para que sea perfecto y no le queden restos de jabón en su pelo, y que la sequemos con especial cuidado. Esto es necesario porque son animales muy sensibles al frío y pueden acabar enfermas si no conseguimos quitarles toda la humedad de su pequeño cuerpo.
Una buena idea es que usemos una toalla y procuremos que el ambiente del lugar donde la bañamos sea bien cálido. Si nuestra mascota no se asusta demasiado podemos recurrir a un secador de cabello desde una distancia prudente para no quemarla.
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