El enojo pequeño que se descuida se
convierte en el
resentimiento que nos distancia de nuestro hermano para toda la vida.
Puede ser un
héroe tanto el que triunfa, como el que fracasa, pero jamás el que
abandona el combate.
El esfuerzo
termina por dar su recompensa.
Concéntrate
en lo que sabes hacer y no te obsesiones con lo que no sabes.
Las
verdaderas motivaciones siempre son interiores, las motivaciones externas
no siempre son constantes.
Aprende que
debes hacer lo mejor, sin esperar nada de los demás. Así tus cosas fluirán
tranquilas como el agua.
¡Haz una vida
de Amor no un día del Amor!
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