Mantén una imagen positiva
de ti mismo, nunca digas: “No puedo,” prueba, arriésgate seguramente lo
lograras.
En toda persona, desde la
cuna hasta la tumba, hay una profunda ansiedad de recibir aprecio.
Cada acto de la vida arroja
sus consecuencias, por tanto debemos ser responsables en asumir con
dignidad y valentía los resultados.
Trata que la luz del amor,
que habita en tu corazón permanezca encendida.
Lo que nos parece pruebas
amargas, son a menudo bendiciones disfrazadas.
Lograras lo que te propones
si tus deseos de triunfar son más fuertes que cualquier otra cosa.
Cada noche vacía tu corazón
de angustias y preocupaciones, para que Dios te lo llene de amor y
esperanzas cada nuevo amanecer.
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